El arrepentimiento de mi exesposo - Capítulo 1084
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 1084:
🍙🍙🍙🍙 🍙
Hailey explotó un favor? ¿Qué demonios significaba eso? Una vieja historia. Una que claramente no le habían contado.
Luchó contra la tormenta en su interior, tratando de calmarse mientras dirigía su mirada a Jack.
«Explícate», dijo con voz uniforme, aunque su tono tenía un trasfondo agudo. ¿Qué quieres decir con «un favor»?
Jack captó el destello de curiosidad en sus ojos y se aferró a él como si fuera su última esperanza.
Parecía como si fuera a comprometerse allí mismo.
«¡Señorita Hudson, lo juro por mi honor, por mi vida!», dijo, con la voz temblorosa por la urgencia. «Los sentimientos del Sr. Noel por usted son absolutamente genuinos. Nunca, ni una sola vez, ha vacilado. En cuanto a la señora Burgess, sólo aceptó esa farsa de matrimonio porque ella le salvó la vida una vez. Eso fue todo. No hay amor, no hay intimidad, ¡nunca lo ha habido! Fue sólo un trato de negocios para estabilizar el Grupo Burgess».
La voz de Jack se quebró con intensidad. Parecía como si fuera a caer de rodillas en cualquier momento, con los ojos suplicando a Sadie que le creyera.
«Lo único que siempre ha querido eres tú. ¿Y ahora ha desaparecido, sin decir una palabra? Ése no es él. Por favor, Sra. Hudson, ¿no le dice eso que algo va mal?».
La desesperación de Jack retumbó en los oídos de Sadie.
«¡Sra. Hudson, por favor, piénselo!» instó Jack, su voz quebrándose bajo el peso de su miedo. «Sabe cuánto la aprecia el Sr. Noel… ¿realmente cree que se iría de ese hospital sin decir una palabra? No… algo va mal. Algo tuvo que haber pasado».
Cuanto más hablaba, más deprisa le latía el corazón, cada latido mezclado con un creciente temor.
Sadie permanecía inmóvil, con los puños tan apretados que los nudillos le habían palidecido.
No respondió, pero su silencio fue más elocuente que cualquier palabra. Sus pestañas temblaban ligeramente y sus labios formaban una línea apretada y quebradiza. Apenas podía contener la tormenta que llevaba dentro. Lo sabía. Siempre había sabido que Noah se preocupaba por ella. Profundamente. Ferozmente.
La «muerte» de Sharon había hecho añicos la poca compostura que le quedaba a Sadie, y cuando a eso se sumó el cúmulo de mentiras de Noah, la lanzó en una espiral de pensamientos obsesivos de los que no podía escapar.
Los años pasados a su lado habían convertido a Samuel en la persona más atenta a sus estados de ánimo. Nadie la leía como él.
En el momento en que sus rasgos cambiaban, aunque fuera ligeramente, él lo captaba. Sin esperar a que ella dijera una palabra, se escabulló por la puerta, preparándose ya para enviar gente a localizar a Noah.
Mientras tanto, Sadie se hundió en el sofá del salón, con las energías completamente agotadas.
Sus pensamientos eran un caos. Las anteriores revelaciones de Jack se repetían en su mente. ¿Y si realmente le había pasado algo a Noah?
No. Eso no podía ser.
.
.
.