El arrepentimiento de mi exesposo - Capítulo 1078
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Capítulo 1078:
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«Ordenaré al departamento jurídico que se ocupe de este asunto sin demora», aseguró Samuel, su voz resonaba con tranquila eficacia.
Sadie y Samuel partieron en una carrera de gravilla y neumáticos, el elegante vehículo se deslizó entre el tráfico hasta que la austera silueta de la funeraria suburbana se materializó ante ellos.
La entrada de la funeraria los envolvió en un manto de quietud imperturbable, su fachada desgastada exudaba una tristeza casi palpable que flotaba en el aire como la bruma de la mañana.
El pulido tacón de Sadie apenas había tocado el pavimento cuando su mirada se fijó en una silueta familiar que permanecía junto a las ornamentadas puertas de entrada.
Jack estaba encorvado contra el marco de la puerta, con la barbilla repetidamente inclinada hacia el pecho mientras el agotamiento amenazaba con apoderarse de él. Sus párpados luchaban contra la persistente atracción de la gravedad, mientras todo su cuerpo se tambaleaba precariamente, como un árbol joven sometido a un viento impredecible.
¿Qué asunto podría haberle traído hasta aquí?
La frente de Sadie se arrugó con sospecha mientras avanzaba hacia su inestable figura, sus pasos deliberados y medidos. «¿Jack?» Su voz atravesó el silencio del cementerio, su frialdad cristalina rompió la atmósfera sombría.
Jack recobró el conocimiento y su columna vertebral se enderezó con tal violencia que podría haber recibido una descarga eléctrica.
Sus ojos se reconocieron al enfocar la figura de Sadie que se acercaba, y la niebla del cansancio se evaporó al instante, dando paso a un terror inconfundible.
Las severas advertencias de Noah resonaron en su mente: Sadie debía ignorar la verdad a toda costa. Sin embargo, allí estaba ella ante él, su presencia tan inesperada como catastrófica.
El ritmo cardíaco de Jack vaciló momentáneamente antes de acelerarse al galope. Se lanzó hacia delante con desesperada urgencia, extendiendo los brazos a lo largo de la entrada como una barricada humana contra el avance de Sadie.
«¿Señorita Hudson? ¿Qué… qué circunstancias la han traído a este establecimiento?». Su voz temblaba, cada sílaba goteaba angustia mal disimulada.
«Este establecimiento irradia una atmósfera inquietante», continuó, con las palabras cayendo unas sobre otras. «Dada tu recuperación, no es aconsejable que entres. Me aseguraré de que las cenizas le lleguen personalmente una vez concluido el procedimiento. ¿Le parece adecuado?»
Sadie escudriñó su semblante agitado y su transparente estratagema de redirigirla a otro lugar, sintiendo que sus sospechas se hundían más profundamente en los cimientos de su conciencia.
Desvió su brazo extendido con suave determinación. «Tu preocupación es innecesaria. Sharon cuidó de mis padres con una dedicación inquebrantable. Era como de la familia. Presentar mis respetos representa lo mínimo que merece su memoria».
Su resuelta declaración desencadenó una respuesta fisiológica inmediata, ya que la frígida transpiración se materializó en la frente de Jack, brillando bajo la dura luz fluorescente.
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