El arrepentimiento de mi exesposo - Capítulo 1074
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Capítulo 1074:
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No mucho después, sonó su teléfono.
Era Hailey.
Su ceño se frunció. La molestia parpadeó en sus ojos.
Terminó la llamada sin vacilar.
Pero el timbre volvió a sonar. Implacable.
Era como si no fuera a parar hasta que él descolgara.
Su mandíbula se tensó. Se le había acabado la paciencia.
Finalmente deslizó el dedo para contestar. Su voz sonó fría. «¿Qué demonios quieres?»
La desesperación crepitó en la voz de Hailey desde el otro extremo de la línea. «Noah, ha ocurrido algo terrible. Mi padre se ha desmayado sin previo aviso. Estoy aterrorizada».
Las cejas de Noah se fruncieron al oír sus palabras. Ni una sola sílaba de la historia de Hailey le parecía cierta. ¿Qué estaba tramando ahora?
Cuando Hailey percibió su vacilación, su voz se disolvió en súplicas desesperadas. «Noah, sé que no podemos volver a lo que teníamos, pero recuerda cómo mi padre siempre te abrazó como a su hijo. Con este embarazo, necesito tu apoyo ahora más que nunca. Por favor, Noah, salva a mi padre. Estoy completamente perdida sin tu ayuda».
Sus palabras brotaron en cascada, empapadas de emoción y aparente angustia. Un observador externo seguramente creería que Forest se tambaleaba a las puertas de la muerte.
Una sombra pasó por la mirada de Noah, sus ojos se oscurecieron con contemplación. En los últimos tres años, Forest había mostrado a Noah un aprecio genuino, valorando constantemente su perspectiva y su aportación. Sin embargo, esa cordialidad había dependido por completo de su identidad como Patrick y de las ventajas que aportaba al Grupo Burgess.
La sospecha nubló su juicio cuando los recuerdos chocaron con los instintos presentes.
Tras un momento de deliberación, cedió. «Voy para allá.
La línea se cortó cuando terminó la llamada.
Al otro lado de la ciudad, en la extensa villa suburbana, las facciones de Hailey no mostraban nada de la angustia que acababa de sentir. Una calculadora sonrisa de victoria torció sus labios mientras bajaba el teléfono de . Lanzó una mirada de reojo a su padre, Forest, que estaba cómodamente reclinado en el sofá, saboreando su café sin atisbo de enfermedad.
«Papá, ¿has confirmado todos los preparativos? No podemos permitirnos ningún error».
Con deliberada precisión, Forest depositó su taza sobre la mesa auxiliar, con una expresión que irradiaba calculada malicia. Se levantó sin prisas y apretó el hombro de su hija para tranquilizarla. «Todo está en su sitio, no te preocupes. El doctor Lawson ha entrado tranquilamente en el país. Pronto Noah nos pertenecerá por completo: ¡Sadie no será más que un recuerdo olvidado!».
Hailey asintió levemente, sacando fuerzas de la inquebrantable confianza de su padre.
Noah la había sometido a una crueldad despiadada, eligiendo una y otra vez humillarla en favor de aquella insufrible Sadie. Si la compasión estaba ausente de su corazón, ella respondía de la misma manera. Él la había llevado a esas medidas desesperadas por su propia insensibilidad.
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