El arrepentimiento de mi exesposo - Capítulo 1070
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Capítulo 1070:
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Se deslizó en el elegante sedán de lujo Maybach negro aparcado en la acera. La puerta del coche se cerró con un chasquido firme, eliminando cualquier posibilidad de que Blaine le viera.
Blaine se quedó clavado en el sitio y su expresión se ensombreció cuando el coche aceleró por el carril.
¿En qué estarían pensando su abuelo y Patrick?
Cuanto más repasaba sus últimos movimientos, más claro lo veía: esto estaba lejos de ser normal.
Dentro del coche, Jack observó a Noah a través del espejo retrovisor. Su máscara ocultaba gran parte de su rostro, revelando sólo el borde cincelado de su mandíbula y aquellos ojos ilegibles y ensombrecidos.
La emoción se agitaba bajo su superficie, tranquila pero turbulenta.
«¿Cuál es la directiva ahora, Sr. Noel?» preguntó Jack.
Los delgados dedos de Noah golpearon rítmicamente su muslo, formando una cadencia casi silenciosa.
La advertencia de Ralph aún resonaba en sus oídos.
La revelación de que los padres de Sadie eran el objetivo de una peligrosa red mundial lo había desequilibrado.
Y Sharon tenía conocimientos que podían significar un desastre. Si era capturada por Wolfpack, no sólo ella estaría en peligro, sino que la vida de Sadie también podría desmoronarse.
Ralph tenía motivos para estar preocupado.
Noah cerró los ojos y los volvió a abrir, ahora acerados y vacíos de calidez.
Su voz, cuando salió, era áspera pero firme. «Vamos a necesitar un cadáver».
Jack no podía comprender la repentina petición de un cadáver por parte de su jefe, pero años de obediente servicio le habían enseñado a no cuestionar exigencias extrañas.
Sin dudarlo, asintió y comenzó a coordinar los pasos necesarios.
El razonamiento de Noah siempre había sido un misterio para él.
Unas tres horas más tarde, Noah entró en silencio en la habitación de hospital de Sadie.
Sadie, vestida con una bata de hospital y descalza, se paseaba inquieta. Tenía la piel pálida, ojeras en los ojos enrojecidos y el pelo enmarañado enmarcaba un rostro sin energía.
Sharon llevaba desaparecida bastante tiempo. No había ni una palabra, ni una señal.
Dormir era un lujo lejano.
Cuanto más se prolongaba el silencio, más peligro corría Sharon.
Noah sintió una punzada al notar lo delgada que estaba Sadie.
Sadie se detuvo en seco al oír el ruido de sus pasos. Su cabeza se dirigió hacia la puerta. Cuando vio a Noah, un destello de desesperación se encendió en su mirada.
Casi tropieza en su carrera hacia él. «¡Noah!» Su voz se quebró por la urgencia. «¿La has encontrado? ¿Está bien?» Agarró con fuerza el brazo de Noah.
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