El arrepentimiento de mi exesposo - Capítulo 1053
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 1053:
🍙🍙🍙🍙 🍙
Pero exponerlo ahora significaba poco para Alex. En este momento, su único objetivo era Sadie. No iba a permitir que nadie volviera a hacerle daño.
Alex dejó su taza de café, el fondo tocando la mesa con un suave tintineo. Su voz transmitía un escalofrío tranquilo, distante y firme. «Señor Noel, si no me equivoco, usted es un hombre casado. Entonces, ¿por qué sigue apareciendo, molestando a Sadie una y otra vez? Es injusto, no sólo para ella, sino también para su esposa».
Los labios de Noah se curvaron débilmente bajo la máscara. Se le escapó una risa suave y burlona. Recordaba haber oído rumores de que Alex, el jefe del Grupo Howe, estaba estrechamente vinculado a Briley, de la familia Wall. Algunos incluso decían que habían estado a punto de casarse. Sin embargo, ahí estaba Alex, sentado frente a él, juzgándole.
«Señor Howe, lo dice como si hubiera cometido un delito», replicó Noah, con tono frío. «Simplemente estoy cuidando de Sadie. Nos conocemos desde hace mucho tiempo. Pero usted, señor Howe, ¿no hablaba de que usted y la señorita Briley Wall estaban a punto de casarse? Es curioso lo rápido que cambian las cosas. Tu corazón parece vagar con bastante facilidad».
El rostro de Alex se ensombreció. Su mano apretó la taza de café y las venas de su piel se erizaron. Con un fuerte golpe, estrelló la taza contra la mesa. El líquido oscuro salpicó, dejando manchas en la pálida superficie.
«¡Noah Wall!» Escupió el nombre entre dientes apretados. Su mirada era aguda, como si pudiera atravesar la máscara y ver al hombre que había detrás. «¡En mi corazón sólo ha existido Sadie! No soy como tú, que dices que te importa y al mismo tiempo la traicionas».
El recuerdo del dolor de Sadie, la silenciosa desesperación que había llevado sola por culpa de las decisiones de Noah tres años atrás, encendió un fuego en el pecho de Alex. Si no hubiera sido por este hombre, ella no habría sufrido tanto. Y ahora se atrevía a mostrar su rostro de nuevo.
Alex estaba decidido a protegerla. Costara lo que costara, no permitiría que Noah volviera a hacerle daño.
Noah frunció el ceño. Levantó la mirada, estudiando a Alex.
La mirada de Alex ardía con una hostilidad que casi se podía sentir.
«¿Nos conocíamos de antes?» preguntó Noah, con un tono menos desafiante y más de pregunta tranquila.
Alex se quedó inmóvil un segundo y luego soltó una risa fría y corta. «Es usted gracioso, señor Noel».
Su risa era aguda, cargada de desprecio.
Sus ojos se endurecieron y apuntaron directamente a Noah, afilados como el hielo. «Pero permítame darle un consejo, señor Noel. Aléjese de Sadie. No ha hecho más que hacerle daño».
Cada palabra cayó con fuerza, presionada entre labios apretados.
En su interior, las emociones de Alex se agitaban como olas embravecidas.
¿Se conocían de antes? ¿Cómo podía preguntar eso?
¿Había olvidado el dolor que Sadie había soportado sola todo este tiempo? ¿O estaba fingiendo, haciéndose el inocente incluso ahora? En cualquier caso, Alex no iba a permitir que se acercara de nuevo a Sadie. Ya había sufrido bastante.
Con eso, Alex empujó hacia atrás su silla y salió del café. No miró atrás.
Noah frunció el ceño al ver a Alex desaparecer por la puerta. Sus dedos tamborileaban rítmicamente sobre la mesa.
.
.
.