Destinos entrelazados - Mi bebé es hijo del CEO - Capítulo 444
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Capítulo 444:
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«¿Por qué me estás mirando así?», Sofía despertó y notó que su esposo no quitaba los ojos de su vientre.
«Sigo pensando en todo lo que pasó en las últimas horas», respondió él.
«No se puede creer, ¿verdad? Estamos casados», comentó ella.
«No solo eso, seré padre nuevamente. ¿Sabes cuánto me emociona eso?», dijo él.
«Estoy tan feliz de que hayamos recibido la noticia de esta manera. Esta vez, podremos hacer todo juntos», dijo Sofía.
«Es justo lo que acababa de pensar. Este bebé está llegando en el mejor momento. No quiero perderme de nada, quiero estar en todas las consultas, cumplir todos tus antojos, consentirte mucho.»
«No necesitas mimarme», dijo ella.
«Claro que sí, mi esposa merece ser mimada, más aún ahora, que está llevando a un bebé muy hermoso.»
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«¿Qué crees que será? ¿Niño o niña?»
«Estaré feliz de que venga con salud, no importa el sexo.»
«Tu padre dijo una vez que te gustaría tener un…»
«Sabes por qué dijo eso, pero te digo con toda seguridad, el sexo no es importante para mí, porque sé que, independientemente de cualquier cosa, este bebé nos traerá tanta felicidad, de la misma manera.»
«Ava nos trae.»
«Hablando de ella, ¿crees que estará bien? Debido al viaje, se quedaría con los abuelos paternos.»
«¿Aún tienes dudas? ¿Viste el parque que mis padres construyeron en el jardín de su mansión? Ava será tan mimada que, después de todo esto, corremos el riesgo de que ni siquiera se acuerde de nosotros.»
«No digas eso, si veo que voy a ir a casa antes de que mi hija me olvide,» bromeó.
«Nada de eso, Sofía. En los próximos días, serás exclusivamente mía,» provocó Ethan.
«¡Ya basta!» pidió ella.
El tono posesivo con el que dijo la frase la hizo estremecerse. No importaba cuánto tiempo pasara, siempre se ponía tímida con la forma en que él decía algunas cosas. Notó que su cara se había puesto roja, y cuando él se acercó y susurró en su oído, Sofía intentó calmarse.
«Si ya estás así solo porque te dije eso, ni quieras saber lo que planeo hacer cuando lleguemos al hotel.»
Aunque no pudiera verlo, sabía que sus mejillas estaban sonrojadas. ¿Cómo lograba Ethan decir esas cosas sin ponerse ni un poco avergonzado?
«Voy a volver a dormir,» dijo ella, tragando saliva.
Todo lo que quería era dejar esa conversación de lado, pues sabía que él no tendría pudor en decir cosas absurdas en el avión.
«Puedes huir, pero no puedes esconderte.»
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