Destinos entrelazados - Mi bebé es hijo del CEO - Capítulo 428
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 428:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
«Está bien, ya entendí que no puedo comparar el amor con el de Dios. Pero te quiero, si eres sincero conmigo, intentaré entenderte y seguir amándote de la misma manera.»
Suspiró, nervioso, con miedo de confesar la verdad y ver su reacción en sus ojos.
Aunque Sofía sabía que él era un hombre tan admirable con quien podía contar, temía que lo que había hecho hubiera sobrepasado todos los límites de su comprensión. Su miedo no era confesarle lo de Eva, que a él no le molestaba en absoluto, pues sabía que ella era un riesgo si andaba suelta por ahí.
Su mayor miedo era perder lo que había conquistado junto a Sofía y su hija. Les estaba yendo tan bien en el camino de crear una hermosa vida, que pensaba que eso se desmoronaría ante sus ojos y no podría hacer nada al respecto.
«Sofía, perdóname por lo de hoy», pidió. «No quería causarte tanto problema.»
«Solo estoy confundida», confesó. «Después de salir del hospital, pensé un poco sobre lo que pasó y creo que fui un poco dura contigo. Estoy segura de que no estás nada satisfecho con esta situación y no querías que esto sucediera.»
«Sí, no lo estoy, porque sé que todo esto te está lastimando, y lo último que quiero en el mundo es lastimarte. Tú eres mi vida, Sofía. Tú y Ava son las personas más importantes para mí.»
Todas sus declaraciones le conmovían el corazón, pues sabía lo sincero que era en cada palabra que decía.
Novela corregida completa, en hispanovelas;com.
«Ethan, respeto tu espacio y tu vida, pero necesito que me digas qué pasó en esa oficina», pidió. «¿Qué fue lo que te dijo esa mujer que provocó todo ese alboroto?»
Sus manos y frente sudaban de manera tan intensa que ni siquiera parecía que acabara de bañarse.
«Prométeme que no saldrás de esta habitación antes de escuchar todo lo que tengo que decir», pidió, sintiendo que su corazón estaba a punto de salírsele por la boca.
«Con la manera en que lo estás diciendo, me estás asustando un poco», confesó ella.
«Por favor, colócalo en promesa», insistió.
«Está bien, lo prometo.»
Suspirando, se quedó en silencio, sabiendo por dónde empezar.
«Siempre quise ser sincero contigo en todas las áreas de mi vida, pero hay cosas que he hecho de las que me siento avergonzado de contarte.»
«Puedes ser sincero, independientemente de cualquier cosa, trataré de entenderte», dijo una vez más, intentando tranquilizarlo.
«Amor…» comenzó, «La verdad es que Eva no murió en ese accidente aéreo», soltó su primera confesión.
Sintió que sus oídos la habían traicionado, pues no creía lo que estaba escuchando, pensando que se trataba de un tremendo absurdo.
«¿Qué estás diciendo?» preguntó, confundida.
.
.
.