Destinos entrelazados - Mi bebé es hijo del CEO - Capítulo 427
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Capítulo 427:
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«Lo sé, amor, perdóname», respondió él.
Aunque estaban abrazados, Ava parecía notar la presencia de sus padres, ya que empezó a moverse en la cuna de un lado a otro, como si estuviera a punto de despertar.
«Creo que es mejor que salgamos de aquí para hablar en otro lugar», sugirió él. «Amo a mi hija, pero quiero hablar con mi futura esposa primero.»
«Está bien, vamos a la otra habitación», aceptó Sofía.
Se levantaron lentamente, y los dos salieron por la puerta del cuarto. Entraron en la antigua habitación de Kate, que ahora estaba vacía y servía para sus encuentros íntimos. No hacían nada en la habitación donde dormía su hija, aunque ella estuviera allí. Al entrar, Ethan se quitó el saco y la camisa que llevaba puesta.
«Estoy muy cansado, ¿te molesta si me doy un baño antes?», preguntó.
Aunque Sofía estaba ansiosa por saber lo que su prometido tenía que decir, era consciente de que su día no había sido nada fácil.
«Está bien, mientras te bañas, prepararé algo de comer. Supongo que estás muriendo de hambre, ¿verdad?»
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«Te lo agradecería mucho», dijo él, acercándose una vez más para besarla en la boca.
Después de dejarla en la habitación, Sofía fue a la cocina y preparó unas tostadas. También hizo un poco de café para acompañarlas.
Cuando regresó a la habitación, encontró a Ethan sentado en la cama, vestido con pijama.
«Aquí tienes», dijo ella, sirviéndole.
«Gracias por cuidarme, incluso estando molesta por mis acciones», dijo él, tomando un sorbo del café y comiendo un trozo de tostada.
«Una cosa no tiene nada que ver con la otra», explicó ella. «Entiendo todo el cansancio, no te exigiría explicaciones antes de satisfacer las necesidades básicas.»
«Eres tan comprensiva que a veces hasta me siento avergonzado», confesó él.
«Te amo y por eso trato de entenderte.»
«¿El amor por mí es tan grande?», preguntó él, dejando el café a un lado.
Al hacer esto, la atrajo hacia sí, invitándola a que se sentara en su regazo.
«¿Aún dudas de mis sentimientos?», preguntó, como si se sintiera ofendida.
«No es que dude, solo quería saber la magnitud de ese amor.»
«Es lo suficientemente grande como para enfrentar muchas dificultades», respondió él. «¿Ese tamaño es suficiente para ti?»
«A veces pienso que no te merezco», reveló ella.
«El amor no se trata de quién merece o no», explicó él. «Por ejemplo, no merecemos ser amados por Dios, y aun así Él nos ama incondicionalmente.»
«Tu explicación es tan plausible», comentó. «Pero Dios es un ser soberano, incomparable e insustituible. Su conocimiento excede el nuestro.»
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