Destinada a mi gran cuñado - Capítulo 67
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos dos veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 67:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Sophia se quedó desconcertada. Parpadeó varias veces, tratando de comprender lo que él le estaba indicando.
¿Quería hablar de negocios?
Dio la vuelta al coche y abrió la puerta trasera. Se sentó junto a Bryan y le prestó toda su atención.
—¿Sí, Alfa?
Él tenía la mirada fija en el conductor y ordenó: —Arranca el coche.
Sophia frunció el ceño al oírlo.
—¿Adónde, Alfa? Tengo que irme a casa. Hoy no puedo hacer horas extras. ¿Podría hacer el trabajo mañana?».
Él la miró. «Dale tu dirección», dijo, señalando al conductor.
Cuando se dio cuenta de que iba a llevarla a su casa, levantó las cejas con sorpresa.
Después de mirar al conductor, decidió darle su dirección. El conductor giró el coche en esa dirección.
Ni Sophia ni Bryan hablaron durante el trayecto. Sophia, consciente de la mirada de Bryan sobre ella, se mordió el labio inferior en respuesta.
Él permaneció en silencio, sin apartar los ojos de ella. ¿Qué estaría pasando por su mente?
Un tono de llamada resonó en el silencioso coche. Cuando Sophia se dio cuenta de que era su teléfono, abrió el bolso y lo sacó.
Al ver que era Troy quien llamaba, respondió inmediatamente: «¡Troy! ¿Cómo estás?».
«Hola, Sophia. Estoy bien. Estaba pensando en quedar contigo hoy, pero no he podido subir porque tenía mucho trabajo».
Disponible ya en ɴσνє𝓁α𝓼4ƒα𝓷.𝓬𝓸𝓂 con nuevas entregas
«¿Querías verme? Podías haberme llamado. Habría subido a tu planta para verte».
Con una risita, Troy dijo: «Es muy amable por tu parte. Quería hablar contigo sobre algo. ¿Podemos vernos mañana si te apetece?».
«Claro, podemos vernos en el descanso».
«No, quiero que sea después del trabajo. ¿Tienes un rato libre?».
Tras una breve pausa, Sophia preguntó: «Claro. Pero ¿va todo bien?».
Había un tono de preocupación en su voz.
«No te preocupes. Todo va bien. Nos vemos mañana».
«Vale, adiós. Hasta mañana».
A medida que pasaba el tiempo, Sophia empezó a preguntarse por qué Troy quería quedar con ella. No se trataba solo de salir a pasar el rato; era claramente algo importante para él.
Suspiró, rezando para que todo estuviera bien. Justo cuando giró la cabeza, se quedó paralizada.
Bryan la estaba mirando fijamente.
Tragó saliva bajo su intensa y enigmática mirada.
«Te pareces mucho a Troy Reid», murmuró.
Ella negó con la cabeza. «No tanto. Pero como nuestras madres son mejores amigas, nos hicimos amigos».
«Ya veo».
Mientras Sophia reflexionaba sobre cómo Troy había confiado en ella cuando todos los demás dudaban de ella, sonrió.
«Es un chico muy admirable. Nunca pensé que él sería quien confiaría en mí cuando todos los demás me rechazaron. Es muy servicial y bastante amable».
Las arrugas entre las cejas de Bryan se hicieron más profundas mientras empezaba a dar golpecitos con el dedo en su teléfono y luego apartaba la mirada de ella.
—Bien. Te apoyó en los momentos difíciles —murmuró con tono frío.
La brusquedad y el tono gélido de su voz dejaron a Sophia desconcertada. ¿Había dicho o hecho algo que lo hubiera enfadado?
Intentó pensar en sus palabras, pero no encontró ningún error en sus respuestas.
De repente, le vino a la mente la sugerencia de Sara.
Mientras lo miraba fijamente, se preguntó: «¿Está empezando a sentir celos?».
Al inclinar la cabeza hacia un lado para verlo mejor, una sonrisa se dibujó en sus labios.
Cuando él giró la cabeza y la miró, ella lo miró con los ojos muy abiertos. Al instante, se echó hacia atrás y se desplomó en el asiento.
«¿Qué?», preguntó él.
«N-Nada. Solo quería ver ese lado de la calle también». Sophia se mordió la lengua, incrédula ante su ridícula excusa.
Bryan la miró fijamente durante un momento y luego apartó la mirada.
Aburrida, Sophia decidió romper el silencio.
«Por cierto, Alfa, ¿por qué vives en otra casa cuando todos los miembros de tu familia viven en la casa de la manada? ¿No debería el Alfa jefe vivir en la casa de la manada?».
El conductor miró nervioso por el retrovisor y Sophia no pasó por alto su expresión de miedo.
Se sintió inquieta al darse cuenta de lo personal que había sido la pregunta. ¿Cómo pude preguntar algo así?
—Lo siento si me he pasado —murmuró.
—Me gusta vivir solo —respondió Bryan.
Sophia se quedó atónita. ¿Acababa de responderle? El hecho de que no se hubiera ofendido fue un alivio, pero aún así se sentía incómoda.
Permaneció en silencio durante los siguientes minutos, hasta que el coche llegó a su casa.
Sophia salió del coche y se acercó a la ventanilla de Bryan. Se dio cuenta de que el conductor había salido del coche y había abierto el maletero. Sacó todas las bolsas y se quedó junto a ella. De repente, se dio cuenta de que no había sacado su ropa del coche de Bryan la noche anterior.
«Puedo coger esto», le dijo Sophia al conductor.
«Él te ayudará», respondió Bryan.
Ella le dio las gracias inclinando la cabeza y diciendo: «Gracias, Alpha, por todo».
Bryan no respondió, lo que la hizo sentir incómoda.
Mientras se dirigía a la puerta de su casa, el conductor la siguió.
Mientras abría la puerta con las llaves, Sophia pensó: «¿Qué le ha pasado? ¿Está celoso? ¿O está enfadado conmigo?».
.
.
.
.
.
.