Destinada a mi gran cuñado - Capítulo 413
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Capítulo 413:
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—¿Qué? —preguntó él.
—¿Cuándo vas a empezar a hablar claro? No sé qué pasa por tu cabeza porque siempre te andas con rodeos cuando te pregunto algo.
Víctor abrió los labios para decir algo, pero su mirada se desvió hacia detrás de ella. Levantó la vista y se inclinó hacia ella.
—¿Qué estás…?
Victor la interrumpió y le tocó el pelo. —Cariño, estás preciosa con el pelo suelto. Me dan ganas de acariciártelo todo el tiempo.
Sophia estaba desconcertada. Oyó que alguien carraspeaba. Giró la cabeza y vio a Alpha Lucas y Alpha Harry acercándose a los sofás.
Detrás de ellos, un hombre vestido con un traje negro bajaba las escaleras con expresión fría. Sophia apretó la mandíbula cuando su loba comenzó a reaccionar. Encerró a su loba en su interior y apartó la mirada de ellos, sonriendo a Víctor sin mover la mano.
El Alfa Harry y el Alfa Lucas tomaron asiento en los sofás. Víctor miró a Harry y le dirigió un saludo burlón.
—El Alfa Harry está tan ocupado con el Alfa Lucas que debe de haber olvidado que el Alfa Lucas ya no es el Alfa alfa de la manada del Valle de la Luna.
Al Alfa Harry no le importaron las palabras de Víctor, como si estuviera preparado para escucharlas. Respondió con tono tranquilo: —No lo he olvidado. El Alfa Víctor está demasiado ocupado para entrar en nuestra casa.
Víctor giró la cabeza y dijo: —Oh, tu hijo está aquí.
Bryan se acercó al sofá y se sentó frente a Sophia y Víctor.
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Sophia le echó un vistazo. Se dio cuenta de que él la estaba mirando. Sin embargo, sus ojos le parecían diferentes, tenían menos oscuridad de lo habitual.
Por otro lado, Mila se sentó junto a Bryan. Su madre la siguió, al igual que la madre de Juliana.
«¿Dónde estaba, señorita Laurant?», le preguntó Víctor a la madre de Mila.
Ella tragó saliva y respondió: —En la cocina con Juliana.
Victor le lanzó una mirada fría, que visiblemente la estremeció. Se volvió hacia Sophia y le preguntó: —¿Crees que ha echado veneno en la comida?
Sophia negó con la cabeza. —No sé ella, pero dudo que la tía Juliana sea capaz de hacer algo así. La verdad es que no le caigo muy bien. Así que creo que…
—¿Qué estás diciendo? ¿Por qué iba a echar veneno? Estás haciendo acusaciones falsas contra mí —dijo Juliana con tono furioso.
Victor la miró con el ceño fruncido. —Tranquila. No puedes hablarle a mi mujer con ese tono de voz tan agudo.
Juliana apretó los puños y cerró la boca mientras miraba a Sophia con ira.
Sofía parpadeó varias veces mirando a Juliana con una sonrisa sarcástica. Esa mujer la había abofeteado en el pasado, pero ella lo había dejado pasar. Había intentado humillarla varias veces, pero también lo había dejado pasar. Luego le había ofrecido un cheque, tratando de comprar su respeto. Sofía no podía olvidarlo. Recordaba cómo Juliana solía enviar sirvientas seductoras a la casa de su hijo para que Bryan perdiera interés en ella.
Pero ¿qué hay de su hijo? Era mucho peor que su madre.
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