Destinada a mi gran cuñado - Capítulo 402
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Capítulo 402:
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Los años habían pasado, pero los recuerdos de aquella época seguían vivos en sus mentes.
Robert exhaló una larga bocanada de humo, con la mente perdida en el pasado.
Era una época anterior a que Bryan asumiera oficialmente el título de Alfa. Era conocido por su energía salvaje e indómita. No era el hombre sereno que intentaba aparentar ahora. Siempre tenía una sonrisa pícara y vivía la vida según sus propias reglas. No le preocupaban las responsabilidades de la manada ni el legado que se esperaba que defendiera, a pesar de saber que era el líder elegido que la manada Night Shade había estado esperando.
Ese era el verdadero Alfa Bryan, el que la gente temía. Solo unos pocos habían sido testigos de ese lado suyo… y la mayoría no había vivido para contarlo. Los guerreros de la manada Night Shade solo habían vislumbrado ese rostro durante la guerra: brutal, despiadado y aterrador.
Robert bajó la cabeza, sin querer recordar más a ese hombre. Su mejor amigo se había transformado en un Alfa tranquilo y responsable, alguien que sabía cómo manejar cualquier situación, sin importar lo cruel que fuera el método.
—Sabes que sientes algo por ella. ¿Cuánto tiempo vas a resistirte, Bryan? —preguntó Robert, de improviso.
Bryan frunció el ceño ante su pregunta. Apagó la colilla contra el marco de la ventana y murmuró entre dientes: —No te hagas ilusiones.
Robert dejó escapar un suspiro de derrota, sabiendo que no tenía más remedio que enfrentarse a Bryan. «Aquella noche en tu oficina, dijiste que no había otra razón. Pero yo sé cuál es. ¿Por qué no aceptas lo que sientes? ¿Cuánto tiempo más vas a engañarte a ti mismo?».
La actitud tranquila de Bryan se ensombreció cuando se volvió hacia su beta. Pero Robert no se detuvo y siguió insistiendo. «Puedes evitar que los demás te miren así, pero yo soy tu mejor amigo. Te conozco mejor que nadie».
Bryan no apartó la mirada de él, pero su expresión dejaba claro que no quería hablar del tema. Robert se levantó y continuó: —Bryan, engañarte a ti mismo es la única razón para perder una guerra. Fueron tus propias palabras hace unos años. ¿Por qué estás renunciando a tus propias creencias?
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Robert siguió presionándolo, esperando que Bryan entendiera sus sentimientos. Quería decirle que lo que sentía no era solo el vínculo de pareja, sino amor por Sophia. Robert había visto el cambio en su amigo desde que ella entró en su vida. Ella era la única mujer capaz de conmover el corazón de Bryan, haciéndole darse cuenta de que él también tenía uno.
—Vuelve a la casa de la manada. No tengo tiempo para discutir estas tonterías —dijo Bryan, caminando hacia la puerta para salir del estudio.
Robert se abalanzó hacia él y agarró el pomo de la puerta, deteniéndolo. Bryan lo miró con el ceño fruncido.
—¿Ahora qué?
—No he recibido tu respuesta, amigo.
—Creo que has olvidado tu posición, Beta.
—No puedes presionarme diciendo esas cosas. Quiero saber cuánto tiempo vas a comportarte así. Al menos por una vez, escucha a tu corazón. Sé que nada va a cambiar, pero podrás respirar aliviado después de aceptarlo.
Bryan se apartó de él y negó con la cabeza. —Estás malinterpretando mis acciones. Le estoy dando todas las facilidades porque es mi compañera.
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