Destinada a mi gran cuñado - Capítulo 355
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos dos veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 355:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Sophia se levantó enfadada. —Hermano, ¿me has gritado por ese hombre?
Abraham apretó los puños e intentó calmarse. —No te atrevas a volver a hablar mal de él.
Sophia apretó la mandíbula, dolida por sus palabras y sus acciones. En su opinión, ella no había dicho nada malo. Bryan no se merecía lo que le iba a pasar.
—Sigue apoyando a ese hombre. No lo olvides, estás luchando contra tu hermana por él.
Hanna miró conmocionada a sus dos hijos. Solían discutir mucho en el pasado. Sin embargo, era la primera vez que los veía pelear así.
«¿Qué os pasa?», preguntó.
Abraham miró a su madre, dándose cuenta de que casi se había olvidado de que estaba allí con ellos. Por otro lado, Sophia mantenía la mirada fija en Abraham. Lo miraba con ojos enfadados. El dolor era claramente visible detrás de ellos.
Abraham miró a Sophia y exhaló profundamente.
—Lo siento, Sophi. Solo estaba siendo sobreprotector…
—No. No tienes que disculparte por nada. Haz lo que creas que es correcto y yo haré lo que crea que es correcto para mí a partir de ahora. No vuelvas a acudir a mí por otra persona, hermano. Lo he entendido. Has elegido a ese hombre antes que a tu hermana.
Estaba dolida. No podía creer que él hubiera permitido que su lobo tomara el control y la amenazara.
Hace un rato, cuando vio sus ojos brillantes, su lobo gruñó por dentro. Pero se controló. Era porque era su hermana pequeña. No quería faltarle al respeto de ninguna manera.
—Sophia, ¿qué te pasa? Nunca le habías hablado así a tu hermano. Pídele perdón ahora mismo —dijo Hanna, levantándose de la silla.
Disponible ya en ɴσνє𝓁α𝓼4ƒα𝓷.ç0𝓂 para fans reales
Sophia apartó la mirada de Abraham y se volvió hacia su madre. —Mamá, estás enferma. Ve a dormir después de acompañarlo. Yo me voy a mi habitación.
—Pero aún no has terminado de comer.
Sophia sonrió tristemente a su madre. «Mamá, ya no tengo hambre. Lo siento si te he hecho daño. Buenas noches».
Subió corriendo las escaleras, dejando a los otros dos sentados a la mesa. La miraron con expresiones diferentes en sus rostros.
«Abraham, ¿qué le ha pasado a Sophia? Ella nunca se comportaba así».
Abraham también quería levantarse de la mesa. Pero cuando volvió a mirar a su madre, se contuvo. Se recostó en la silla y respondió encogiéndose de hombros.
—Solo está enfadada conmigo. Pero tiene que saber que no puede faltarle al respeto al hombre que es el líder de su manada. Si hoy todos vivimos en esta manada con seguridad, es solo gracias a él.
Mientras tanto, Sophia cerró la puerta de su habitación con fuerza, enfadada. No quería ser una llorona que lloraba en cualquier situación, pero estaba profundamente herida. Su hermano la quería mucho, pero por culpa de ese hombre, hoy le había hablado así. Por un segundo, parecía haber olvidado que era su hermana.
«Bryan Morrison, todo está sucediendo por ti. Qué hábilmente has puesto a mi hermano de tu lado para que no haya nadie que pueda oponerse a ti. Pero yo no soy tonta. Soy consciente de todos tus planes».
.
.
.