Destinada a mi gran cuñado - Capítulo 289
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Capítulo 289:
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Cerró los ojos y volvió a apoyar la cabeza en la almohada. No veía forma de escapar de aquella situación. Ojalá nunca hubiera despertado. Estaba perdiendo las ganas de vivir.
Era un mundo en el que solo los poderosos, los que ocupaban altos cargos, podían ganarse el respeto, los puestos y el derecho a una vida feliz.
Después de pensar un rato, se dio cuenta de que no había llegado a ninguna conclusión. Lentamente, se levantó y fue al baño a darse una ducha.
Mientras el agua fría le corría por la cabeza, todo su cuerpo temblaba.
Todavía tenía fiebre, pero no le preocupaba. Quería deshacerse del dolor que sentía en el corazón.
¿Sería capaz de hacerlo?
¿Cómo?
Si ese hombre se comprometía con otra persona, ¿cómo lo soportaría?
Cuando salió del baño, su cuerpo comenzó a temblar.
Después de vestirse, salió de su habitación y bajó las escaleras. Se dirigió a la habitación de su madre.
—Mamá
Su madre la miró y se fijó en su ropa.
—¿Vas a algún sitio?
Ella suspiró y respondió: —Sí, mamá. Voy a la empresa.
Su madre se acercó y le tomó la mano. —Estás enferma. No tienes que ir. Tu hermano le pidió permiso a Alpha en tu nombre.
Sophia acarició la mano de su madre. —Mamá, tengo que irme. Tengo trabajo pendiente que debo terminar de inmediato.
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—Pero, Sophia…
—Mamá, por favor. Volveré pronto. No te preocupes por mí. Estaré bien».
«De acuerdo».
Sophia salió de casa.
Soportando todo el dolor en soledad, comenzó a caminar por las calles. No podía decírselo a su hermano porque pensaría que su sacrificio le había ayudado a conseguir el puesto.
Al mismo tiempo, tampoco podía decírselo a su madre. Su madre tenía problemas cardíacos. Había sufrido un leve infarto cuando se enteró de que Abraham había perdido su puesto hacía un año. Si se enteraba de lo que estaba pasando Sophia, no podría soportarlo.
Sophia paró un taxi y se dirigió al Morrison Group.
Miró por la ventana. Todo el edificio estaba decorado para el próximo compromiso.
Le recordó el día en que fue a la casa de la manada hacía un año. Ese día fue la primera vez que vio a Bryan en persona. Él había sido grosero con ella en su primer encuentro, pero ella aún así lo respetaba.
«No puedo creer lo rápido que ha pasado el tiempo y lo fácil que me ha jugado la vida».
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