Destinada a mi gran cuñado - Capítulo 269
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Capítulo 269:
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Bryan se dio la vuelta, lo que hizo que ella lo soltara.
—¿Desear?
—Hoy es mi cumpleaños.
Bryan pareció sorprendido, y un agudo dolor atravesó el corazón de Sophia. No lo sabía.
«Feliz cumpleaños, Sophia», dijo Bryan con calma.
No había emoción en sus ojos, y la falta de calidez le hizo sentir una profunda decepción.
Aunque no esperaba que él la sorprendiera, esperaba ver algo de entusiasmo en su deseo. Lo abrazó por el torso y le preguntó:
«¿De qué hablabas en la sala de reuniones?».
—Algo importante para la manada.
Sophia lo miró. Él permanecía en silencio, pero tenía los ojos fijos en ella. Su pulso se aceleró al encontrarse con su mirada penetrante.
—Si no quieres contármelo, no pasa nada —dijo en voz baja.
—No es tan importante.
Sophia soltó su abrazo y murmuró: —Está bien.
Quería decirle que se había reunido con el alfa Víctor, pero lo último que deseaba era que él se enfadara de nuevo con ella o que surgiera cualquier tipo de confusión entre ellos.
Lo observó mientras se dirigía a su escritorio y se ponía a trabajar en su ordenador portátil. Al cabo de un rato, se levantó y se acercó a ella.
—Me voy a la casa de la manada. Te llevo a tu casa.
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Sophia abrió los labios, sorprendida. Ni siquiera había pensado en hacer algo especial para celebrar su cumpleaños.
Sintió una profunda ola de decepción y bajó la cabeza. ¿Por qué quería volver a la casa de la manada? ¿Era por Mila?
Cuando Bryan se dirigió hacia la puerta, ella habló.
—He reservado mesa en un restaurante para esta noche. ¿Quieres venir conmigo?
Él se volvió hacia ella y respondió: —¿Esta noche? Tengo que ir a la casa de la manada.
Ella levantó la mirada para encontrarse con la de él. —¿Por qué? ¿Es por ella?
Los ojos de Bryan se oscurecieron. —No.
—Entonces, ¿por qué? No sueles ir allí. ¿Por qué esta noche? —preguntó ella, con un tono de tristeza en la voz.
Bryan suspiró, sintiendo su malestar.
—Vámonos.
Sin decir nada más, Bryan salió de la cabaña, dejándola atrás.
Sophia sintió que las lágrimas estaban a punto de derramarse. Parecía que él estaba ansioso por alejarse de ella. Su cumpleaños no parecía importarle.
Salió de la cabaña y siguió a Bryan, haciendo todo lo posible por contener las lágrimas.
Con la cabeza gacha, Sophia entró en el ascensor con él. Mientras atravesaban la zona de entrada, se dio cuenta de que algunos alfas de la manada del Valle de la Luna seguían fuera del edificio.
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