Destinada a mi gran cuñado - Capítulo 258
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Capítulo 258:
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Toda la habitación estaba en silencio.
Sophia estaba atónita mientras miraba al hombre que tenía delante.
En ese momento, no estaba mirando a su compañero, sino al Alfa Bryan, que parecía no importarle nadie en el mundo.
No podía creer que ni siquiera le estuviera dando una explicación.
—Brya…
Mila se interrumpió cuando Bryan levantó la mirada, tan penetrante que habría inquietado a cualquiera.
Mila le sonrió y dijo: «Solo te preguntaba si podía quedarme contigo en esta cabaña un rato hasta que llegue Robert».
Bryan le indicó que se sentara en la silla frente a él, al otro lado del escritorio. Con elegancia, Mila se dirigió hacia la silla.
Sophia no pudo evitar notar la gran diferencia entre ella y Mila.
Mila era una mujer extremadamente hermosa, conocida por su estatus, su figura impecable y su atractivo físico. Incluso cuando se limitaba a caminar hacia la silla, se movía como una diosa.
Sophia bajó la mirada. Era incapaz de expresar sus sentimientos en ese momento. Quería acercarse a Bryan y preguntarle por aquella mujer.
Pero como Bryan ni siquiera la miraba, sintió la necesidad de marcharse inmediatamente. Se dirigió lentamente hacia la puerta. Justo cuando estaba a punto de tocar el pomo, la voz de Bryan la detuvo.
—¿Adónde vas?
Ella se giró inmediatamente para mirarlo, esperando que él aclarara todos los malentendidos entre ellos.
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—Organiza una reunión de la manada para mañana.
Sophia sintió que se le encogía el corazón. La había detenido por trabajo.
Se mordió el labio inferior y asintió. —S-Sí, Alfa.
Intentó transmitir su dolor a través de sus ojos, pero él permaneció indiferente.
«Informa a todos los alfas de mis manadas sobre la reunión. No te olvides de la manada del Valle de la Luna».
Sophia apartó la mirada de Bryan, con el corazón encogido. No podía concentrarse en lo que acababa de decir.
«Bryan, ¿por qué la manada del Valle de la Luna?». La voz aterrada de Mila interrumpió sus pensamientos. Sophia miró a Mila. ¿Por qué parecía tan asustada? ¿No venía ella de la manada del Valle de la Luna?
«Es importante —respondió Bryan.
Mila negó con la cabeza varias veces—. No, no. No tienes que hacerlo. Con papá basta. Si se lo dice a alguien de mi manada, el Alfa en persona vendrá aquí para asistir a la reunión.
—¿Y? —preguntó Bryan, levantando una ceja.
Mila abrió mucho los ojos y murmuró: «V-Victor…».
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