Destinada a mi gran cuñado - Capítulo 247
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos dos veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 247:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Él dio unos golpecitos con el dedo en el volante mientras la escuchaba. «Como debe ser».
Ella frunció el ceño y preguntó: «¿Cómo puedes estar tan seguro de mis habilidades? Quiero decir, incluso me pediste ayuda».
Como si ella hubiera hecho una pregunta prohibida, él se quedó en silencio.
Con la cabeza girada hacia la ventana, Sophia murmuró: «Ni siquiera estoy segura de si perteneces a la manada rival o no. ¿Cómo voy a ayudarte con algunos proyectos?».
«Te mentí aquella vez», dijo él.
Ella se volvió inmediatamente hacia él. «¿Qué?».
«Te mentí sobre necesitar tu ayuda. Sí que necesito tu ayuda, pero no en los negocios».
—Entonces, ¿por qué? —preguntó Sophia, pensando que tenía algo más que pedirle. Él sonrió mientras miraba su rostro preocupado.
—Relájate. Te va a dar un infarto.
—¿Por qué me llamaste?
—Me aburría en esta manada, así que pensé que podrías acompañarme mientras deambulaba por ahí.
—¿Qué?
Ella negó con la cabeza, incapaz de creerlo. —¿Me has mentido sobre necesitar ayuda? ¿Pero por qué? ¿No dijiste que estabas aquí para conocer al Alfa?
Mientras apretaba el volante, sus ojos se oscurecieron. Ella estaba confundida por su repentino cambio de actitud.
—¿Estás loco? ¿Qué te pasa? —preguntó, dándose cuenta de lo rápido que conducía.
¿Ya leíste esto? Solo en ɴσνєℓα𝓼4ƒαɴ.ç𝓸𝗺 en cada capítulo
—Algunos me llaman pecador, y otros… —Una sonrisa de satisfacción se dibujó en sus labios—. Otros me llaman Adon.
Sophia lo miró con expresión perpleja. No tenía ni idea de por qué este hombre misterioso siempre hablaba de forma tan críptica. Todas sus palabras parecían pasarle por encima de la cabeza.
Sophia suspiró y se quedó en silencio. Tenía curiosidad por saber adónde la llevaría, pero no podía hablar con él con calma sobre lo imprudente que conducía.
Al cabo de un rato, él volvió a hablar.
—¿Alguna vez te han roto el corazón?
Sophia tenía la mirada fija fuera del coche. —Hmm.
—¿Cómo?
—Me engañó.
—¿Tu pareja?
—No, mi ex.
—¿Quién es?
Sophia se volvió hacia él. —Ahora estás haciendo demasiadas preguntas, caballero.
Él se burló de ella. —¿Has usado «caballero» con sarcasmo? Ni siquiera sabes lo caballeroso que soy en la cama.
Ella apretó los dientes con rabia. —Para el coche.
.
.
.