Destinada a mi gran cuñado - Capítulo 236
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Capítulo 236:
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Sophia sonrió mientras se secaba las lágrimas. Recordó que Bryan le había informado del regreso de Abraham.
«Gracias, amigo», pensó para sí misma.
Sophia cogió la mochila de Abraham y cerró la puerta. Decidió no irse todavía. Como su hermano había vuelto, le daría un poco de tiempo. Aún le quedaba una hora libre.
Mientras echaba un vistazo a la casa, Abraham se sentó en el sofá.
«No puedo creerlo. Cuánto tiempo sin ver mi casa».
Sophia se sentó a su lado. «Has ganado músculo. Me da curiosidad saber cuánto tiempo entrenas cada día».
Su madre trajo un plato lleno de comida para Abraham.
«No, mamá. Hoy he desayunado con Alpha».
A Sophia se le aceleró el corazón al oír el nombre de Bryan. Miró de reojo a su hermano.
Su madre se sorprendió al oírlo. —La gente lo llama despiadado sin motivo. Son solo rumores. Es un hombre muy amable. De hecho, a menudo venía a traer a Sophia a casa. —Dijo mientras se sentaba en el sofá.
Abraham giró la cabeza para mirar a Sophia. Ella bajó la cabeza inmediatamente.
—¿La traías a casa? —murmuró él.
Sophia casi se olvida de que Abraham sabía que Bryan era su pareja. Había pensado en contarle a Abraham lo unidos que estaban ella y Bryan. Se sentiría aliviado al saber que Bryan la había aceptado en su corazón.
Pero decidió esperar. Mañana era su cumpleaños y entonces le expresaría sus sentimientos a Bryan. Creía que él no la rechazaría.
—Sophia tiene razón. Tienes el cuerpo de un hombre fuerte. Ahora sí que pareces un gamma.
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Sophia miró a su madre y asintió con la cabeza. Abraham volvió a centrar su atención en ella y dijo
—Mamá, yo solía entrenar diez horas al día.
—¿Diez horas?
Sophia se quedó impactada. Le agarró el brazo musculoso y lo señaló con la otra mano. —¿Cómo es posible? Has trabajado muy duro, hermano. Te mereces este puesto.
Abraham negó con la cabeza y respondió:
«Ocho horas de entrenamiento me bastaban. Pero cuando el propio Alfa empezó a entrenarme, las cosas se pusieron mucho más difíciles».
«¿Por qué?
Sophia observó la expresión de su hermano cuando mencionó a Bryan. En lugar de miedo, sus ojos mostraban un destello de respeto.
Como si Abraham hubiera recordado algo, sonrió y respondió:
«Es el luchador más duro cuando está en forma de lobo. He visto a otros alfas temblar ante él cuando venían a reunirse con él para alianzas entre manadas. Es un hijo de la luna. Nadie puede vencerlo en ninguna de sus formas».
Sophia se despidió de su madre y de Abraham antes de salir de casa para ir a la empresa.
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