Destinada a mi gran cuñado - Capítulo 217
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Capítulo 217:
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Juliana supuso que Sophia había aceptado. Soltó un suspiro de alivio, como si le hubieran quitado un peso de encima.
«Lo sabía. Sabía que no te resistirías a este tipo de mon…».
Juliana se quedó paralizada cuando Sophia rompió el cheque delante de ella.
Sophia tenía la mirada fija en los trozos rotos mientras hablaba.
«Aunque me ofrecieras todo tu dinero, no lo aceptaría. Amo a tu hijo. Nadie puede comprar el amor con dinero».
Agarró la mano de Juliana y colocó los dos trozos de papel, ahora inservibles, en su palma.
—Tía, creo que debería irme. Quizá prefieras desayunar a solas con tu hijo. Me ha encantado volver a verte. —Con esas palabras, Sophia se dirigió hacia la entrada.
Juliana corrió hacia ella y la agarró con fuerza por el brazo, enfurecida.
«Para él, no eres más que una mascota. Se lo haré ver. ¿Sabes por qué sustituí a sus criadas por chicas jóvenes? Porque quería que lo sedujeran y lo distrajeran de ti. Él te echará de su vida en cuanto se dé cuenta».
La voz de Juliana era baja, pero Sophia oyó cada palabra con claridad, ya que estaban muy cerca.
Los ojos de Sophia se llenaron de lágrimas. «¿Por qué haces esto?».
«¿Qué está pasando aquí?».
Una voz grave resonó en toda la casa.
Ambas se volvieron hacia las escaleras al oír la voz.
Bryan bajaba las escaleras con la mirada fija en ellas. Juliana soltó inmediatamente el brazo de Sophia, y esta apartó la cabeza y se secó los ojos. Cuando Bryan estaba a punto de llegar, Sophia habló:
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—Alfa, tengo que irme a casa ahora mismo. Nos vemos mañana en la oficina.
Sin mirarlo, inclinó la cabeza y salió de su casa. En cuanto puso un pie fuera, las lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas. Se las secó rápidamente. No quería llorar por nada. Creía que Juliana le había hablado a Bryan sobre la situación, pero también sabía que Bryan la quería y que nunca la abandonaría. Por eso Juliana había venido a hablar con ella directamente, ofreciéndole una gran suma de dinero, pensando que la aceptaría.
Sophia decidió llamar a un taxi, pero justo en ese momento, el coche de Bryan apareció a la vista.
El chófer de Bryan salió del coche y le abrió la puerta trasera.
—Señorita, Alpha me ha ordenado que la lleve a casa.
Una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios. Ese hombre realmente se preocupaba por ella. No era su imaginación, era la realidad. A pesar de estar ocupado con su madre, había enviado a su chófer para llevarla a casa.
Se subió al coche. El chófer volvió rápidamente a su asiento y arrancó el motor.
Sophia giró la cabeza hacia la ventana y contempló el mundo que pasaba. Su mente estaba consumida por lo que le había dicho Juliana.
De repente, oyó el sonido de un timbre. Giró la cabeza, pensando que era la notificación de su teléfono. Entonces se dio cuenta de que se había olvidado el teléfono en casa de Bryan.
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