Destinada a mi gran cuñado - Capítulo 203
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Capítulo 203:
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A pesar de que seguía siendo su secretaria personal, Bryan le concedió una semana libre para estudiar para sus exámenes. Ella creía que no quería que se sintiera agobiada.
—Sophia.
Oyó a su madre llamarla desde abajo. Con prisa, se dirigió hacia las escaleras y respondió: —Ya voy, mamá.
«Querida, tu amiga te está esperando. Date prisa».
Sophia corrió a su habitación para coger su bolso y el teléfono, y luego bajó apresuradamente las escaleras. Vio a Sara sentada en el sofá y la saludó con la mano.
«Buenos días, cariño».
«Buenos días».
Con un suspiro, Sophia se sentó a su lado. Sara volvió la cabeza hacia ella y le guiñó un ojo.
«Últimamente te veo un poco agotada. ¿Anoche tú y Alpha…? ¡Ay!».
Antes de que Sara pudiera terminar, Sophia le dio un golpe en el brazo.
«Cállate. Mi madre te va a oír», le susurró enfadada.
Sara se frotó el brazo y luego se rió al ver la expresión de Sophia. Esta miraba a su alrededor nerviosa, comprobando si su madre las había oído.
«Cariño, vamos. No tardará mucho en saberse quién es realmente la compañera del Alfa».
Sophia bajó la cabeza y se sonrojó. Sara se inclinó hacia su oído y le susurró: «La Luna de nuestra manada».
Sophia se cubrió la cara con las manos. «No puedo creer que estemos desarrollando nuestra relación poco a poco cada día. Tengo miedo de que alguien me lo quite todo».
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Sara la abrazó. «Es tu destino. ¿Cómo podría alguien quitarte eso? No le des más vueltas, no desperdicies tu felicidad actual».
Sophia apartó las manos de la cara y miró a Sara, sonriendo.
«Tienes razón. No debería pensar en cosas así».
Hablaron un rato hasta que la madre de Sophia las llamó para ir a la mesa.
«El desayuno está listo, chicas».
Como Sophia y Sara eran mejores amigas, Sara tenía muy buena relación con la madre de Sophia. Sara se acercó a la madre de Sophia y le dijo:
—Gracias, tía. Estaba hambrienta.
Sophia se rió mientras las observaba. Las tres desayunaron juntas. Más tarde, Sophia y Sara se dirigieron a la universidad en el coche de Sara.
Durante todo el trayecto, Sophia no apartó la vista de sus apuntes. Hoy era su último examen.
«Seguro que sacas la mejor nota de la clase. Nadie puede superarte en notas. No entiendo por qué estudias tanto».
«Sara, déjame leer estos puntos», dijo Sophia, tapándose los oídos con las manos para que Sara no la distrajera.
Sara se rió de su graciosa reacción. Sacó el móvil del bolso y empezó a chatear con Nolan, diciéndole que estaba de camino.
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