Destinada a mi gran cuñado - Capítulo 128
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Capítulo 128:
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Por el camino, se soltó el pelo y se puso la cinta negra que llevaba en la muñeca a modo de pulsera.
Su vestido era recatado hasta que se bajó las mangas, dejándolo caer sobre los hombros y dejando al descubierto parte de su escote.
Miró a su alrededor cuando llegó a la pista de baile. Se pasó los dedos por el pelo para darle volumen.
Sonrió al ver a un chico de su edad.
«Lo tengo».
Se acercó al chico y le sonrió. El chico se quedó atónito ante su repentina aparición, pero cuando vio su atractiva figura, sonrió con aire burlón. «¡Hola, guapa!».
Mientras tanto, Bryan la observaba desde lejos. Cuando ella se soltó el pelo, sintió que la bestia que llevaba dentro despertaba.
Cuando la vio por primera vez en el coche, quedó inmediatamente cautivado por su belleza. No podía entender cómo alguien podía parecer tan inocente con un vestido tan sexy. Quería arruinar esa inocencia.
Al verla acercarse al chico, los ojos de Bryan casi se pusieron rojos. Apretó con fuerza su vaso mientras observaba cómo ella ponía las manos sobre los hombros del chico. El chico aprovechó la oportunidad y la rodeó con sus brazos por la cintura.
Bryan finalmente llegó a su límite. Golpeó el vaso contra la barra, gruñó en silencio y se puso de pie.
Sin apartar la mirada de Sophia, se dirigió a la pista de baile. Su mirada se posó en el hombro desnudo de ella, que antes estaba oculto bajo el vestido. Se enfureció al darse cuenta de que ella se había bajado las mangas para mostrarse a otros hombres.
Extendió la mano, la agarró con fuerza por la muñeca y la atrajo hacia sí.
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Sophia lo miró con ojos sorprendidos, pero luego empujó su pecho mientras su cuerpo se presionaba contra el de él.
—Déjame ir.
—Hermano, ella no quiere bailar contigo.
El chico le dijo enfadado a Bryan, pero cuando Bryan se volvió hacia él con los ojos rojos, el chico dio unos pasos atrás asustado.
Como estaban en la pista de baile y las luces del DJ parpadeaban, nadie se dio cuenta de lo que estaba pasando entre ellos. Todos estaban absortos en sí mismos.
Sophia intentó liberarse, pero Bryan la volvió a atraer hacia sí.
—Nos vamos ahora mismo —dijo Bryan con frialdad.
Como una niña obstinada, ella negó con la cabeza. —No, no iré contigo.
Bryan la miró fijamente, luego sus ojos se desviaron hacia su pecho. Ella tragó saliva y apartó la mirada, luchando bajo su agarre.
Estaba enfadada con él. En los últimos días, él no había dejado de hacerle daño.
Después de respirar profundamente varias veces, volvió a mirarlo.
—Alfa, quiero quedarme aquí un rato. Puedes irte solo…
Antes de que pudiera terminar, él la agarró de repente por la nuca y presionó sus labios contra los de ella.
Sophia se sorprendió por completo cuando Bryan comenzó a besarla. Su ira se calmó al sentir el contacto de sus labios, pero no quería ceder a sus sentimientos.
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