Destinada a mi gran cuñado - Capítulo 122
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Capítulo 122:
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Salió apresuradamente de la empresa y se dirigió al exterior, donde la esperaba el coche de Bryan.
Caminó hacia el coche y abrió la puerta trasera.
En cuanto se sentó, se giró para mirar a Bryan. Su corazón dio un vuelco al fijarse en su nuevo corte de pelo.
Su corazón gritaba por dentro.
¡Está buenísimo!
Estaba tan perdida en su hermoso rostro que no se dio cuenta de que Bryan había desviado la mirada de sus ojos hacia su cuerpo.
Su mirada acariciaba lentamente cada parte de ella. En cuanto el conductor arrancó el coche, Sophia se dio cuenta de la mirada de Bryan e inmediatamente apartó la vista.
Se sonrojó profundamente bajo su mirada depredadora. Quería correr y esconderse en algún lugar.
Aclarando la garganta para romper el silencio, dijo: «Hola, Alfa».
«Hola».
Su voz era ronca, lo que la hizo volverse hacia él. En ese momento, él no la estaba mirando.
Sus ojos se desplazaron de su perfil a su traje perfectamente ajustado.
Quedó atónita por su encanto. El traje se ceñía a su cuerpo bien formado. Incluso sentado en el coche, parecía bastante alto.
Echando un vistazo rápido a su torso, recordó los abdominales tan sexys que tenía. Cuando intentó volver a mirar su rostro, sus ojos se abrieron con sorpresa. Él la había pillado mirándolo.
—¿Ya has terminado de mirarme?
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Ella se volvió para mirar por la ventana. —Yo… yo no te estaba mirando.
—Sí.
Aunque estaba mintiendo, habló con confianza. No quería sentirse avergonzada.
Recostándose en el asiento, cerró los ojos cuando una brisa fría le rozó la cara.
De repente, sintió que el aroma de Bryan se acercaba. Abrió los ojos y lo vio inclinándose hacia ella.
Se incorporó y lo miró. —A-Alfa —murmuró, mirando al conductor.
Él siguió avanzando hasta que su cara estuvo cerca de la de ella. Ella se recostó contra el coche de nuevo.
Estaba tan cerca que ni siquiera podía respirar profundamente sin oler su colonia. Cerró los ojos y preguntó:
—¿Qué estás haciendo?
—Vas a coger un resfriado. Voy a subir la ventanilla.
En cuanto le oyó, abrió los ojos.
Se sintió como una idiota. Pensó que iba a besarla.
Miró su rostro cuando él se volvió hacia ella y casi se quedó sin aliento cuando su nariz rozó la de ella.
Tragó saliva con dificultad ante tanta cercanía.
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