Deja que te lleve el corazón - Capítulo 768
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Capítulo 768:
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—¿Te parezco alguien que incumple sus promesas?
Ahora estaba junto a la cama, su imponente figura acaparando toda su atención.
Levantándole la barbilla con mano firme, la miró fijamente a los ojos.
A Gracie se le cortó la respiración. Negó rápidamente con la cabeza. —¿Recuerdas lo que dijiste anoche? —Su cabeza se negó aún más enérgicamente.
—Te quejaste de mis habilidades en la cama. ¿Lo ponemos a prueba?
Las palabras la sacudieron como una chispa. En un torbellino de pánico, saltó de la cama.
—Yo nunca dije eso, ni hablar. Sé perfectamente lo bueno que eres en la cama, mejor que nadie.
Gracie se irguió sobre el colchón y miró a Waylon con expresión desafiante.
Waylon arqueó una ceja, perdiendo la paciencia. ¿Por qué se molestaba en discutir con alguien que estaba claramente borracha?
Sin embargo, las duras palabras de la noche anterior le habían dolido más de lo que quería admitir.
—Toma. Bebe la limonada.
Después de soltar esas palabras por encima del hombro, se dio la vuelta para marcharse. Entonces, como si lo pensara mejor, añadió: —La ha hecho Darian. Sin decir nada más, salió de la habitación.
Gracie miró hacia atrás y vio el vaso de limonada intacto sobre la mesita de noche.
Cuando Gracie volvió al sótano donde Joseph la había retenido cautiva, un escalofrío le recorrió la espalda.
Apartó los recuerdos inquietantes y entró sin vacilar, con Greg siguiéndola a un paso.
La visión de Joseph colgando en el aire, con el cuerpo magullado y lleno de moretones, la hizo retroceder a pesar suyo.
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—Has ido demasiado lejos con esto, ¿verdad? Su voz era baja cuando Gracie le susurró la pregunta a Greg.
Greg se quedó callado y no lo negó, demasiado nervioso para admitir que todo era obra de Waylon.
Sabía que Waylon se había suavizado mucho desde que Gracie había entrado en su vida, pero todo había cambiado tras su secuestro y el descubrimiento de que Cecilia era su hija biológica. Su vínculo se había vuelto tenso, estaba al límite.
Era como si Waylon hubiera vuelto a ser el hombre que solía ser.
—Si tuvo el descaro de secuestrarte —dijo Greg—, entonces se merece lo que le va a pasar.
Gracie tragó saliva y se obligó a acercarse.
Joseph tenía la cara tan magullada e hinchada que apenas podía reconocerlo.
—Despierta —resonó la voz de Greg, aguda y autoritaria.
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