Deja que te lleve el corazón - Capítulo 749
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Capítulo 749:
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«Ja, ja, señor Hughes, es usted muy perspicaz. Si sigues mis instrucciones, te prometo que estará a salvo…», se rió.
Pero la risa de Joseph se detuvo rápidamente.
«¿Crees que puedes negociar conmigo?», preguntó Waylon con voz dura.
«¿Qué quieres decir? ¿No te importa si Gracie vive o muere?», preguntó Joseph, con tono agudo y confuso.
El rostro de Joseph se tensó, mostrando claramente su descontento.
El corazón de Gracie se aceleró y su ansiedad aumentó.
—¿Qué tiene que ver su vida o su muerte conmigo? —La voz de Waylon, más fría que el hielo, cortó el aire. Sus palabras goteaban con un tono amenazante.
El corazón de Gracie se hundió, como si hubiera caído del cielo a un pozo sin fondo.
¿Era así como se sentía realmente Waylon?
¿Toda la amabilidad que le había mostrado no había sido más que una actuación?
Joseph no pudo ocultar su conmoción.
—Señor Hughes, no finja que no lo sabe. Gracie es su esposa. ¿De verdad puede ser tan indiferente con ella? —preguntó con voz teñida de incredulidad.
Hubo una pausa al otro lado de la línea.
—No debe de haberlo oído. Ni siquiera me importan mis propios hermanos, ¿por qué iba a importarme una esposa? —La voz de Waylon era fría y plana.
Joseph frunció el ceño profundamente. Había oído los rumores sobre Waylon, pero nunca pensó que fueran ciertos.
¿Cómo podía alguien tan despiadado preocuparse por una mujer?
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—Parece que subestimé tu crueldad. Ya que no mereces que negocie contigo, ¡disfrutaré de esta mujer en tu nombre! —se burló Joseph.
Miró a Gracie con ojos afilados, como un lobo observando a su presa.
—Espera.
Justo cuando Joseph estaba a punto de colgar, la voz de Waylon lo detuvo. Una sonrisa burlona apareció en el rostro de Joseph.
—Lo sabía. ¿Cómo podrías sacrificar a tu esposa? —rió. En ese momento, la voz de otro hombre se escuchó por el teléfono.
—Después de todo, ella pertenece a la familia Hughes. Si la tocas, tendrás que decirle adiós a este mundo.
Gracie reconoció inmediatamente la voz de Greg.
Parecía que Waylon realmente no se preocupaba por ella.
Se dio cuenta con tristeza de que su amabilidad se debía a que ella era su «pastilla para dormir».
Ahora que ya no la necesitaba, podía deshacerse de ella fácilmente.
Recordó que hacía unos días había escuchado por casualidad una conversación entre Waylon y Greg. Su mente se remontó a ese momento….
Greg había preguntado: «Sr. Hughes, ¿se le ha curado el insomnio?».
Waylon había respondido: «Sí. No se lo digas a Gracie todavía».
En ese momento, Gracie había pensado que se refería a que le preocupaba que ella se marchara. Ahora comprendía la dolorosa verdad: para él, ella siempre había sido prescindible.
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