Deja que te lleve el corazón - Capítulo 665
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 665:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Justo cuando terminó de hablar, Lorenzo irrumpió en la oficina. «Mamá, ¿qué haces aquí?», preguntó.
La visión de Lorenzo le recordó a Zaria a su difunta nieta, y se enfadó.
«¿Cómo pude dar a luz a alguien como tú? ¿Cómo pudiste dejar que el corazón donado a Paulina fuera a parar al hijo de esa zorra?», gritó Zaria.
Lorenzo frunció el ceño a su madre, irritado por sus duras palabras. «Mamá, ¿cómo puedes hablar así de Norene y Gavin? ¡Son mi mujer y mi hijo!».
—¡Estás ciego! ¡Gavin es el hijo bastardo de Norene y ese adúltero! —espetó Zaria.
Lorenzo la interrumpió. —Mamá, Norene no es así.
Lorenzo creía que él era el que había sido infiel en el matrimonio, por lo que se sentía culpable.
Mona había estado embarazada de su hijo y Norene no lo sabía.
Al ver a su hijo manipulado por Norene, Zaria suspiró, con el corazón encogido por el dolor.
—Entonces, ¿por qué no tuvo el valor de contarte lo de la muerte de Paulina? —preguntó.
—Todo lo que hizo fue por mi bien —respondió Lorenzo—. Temía que no fuera lo suficientemente fuerte para soportarlo, así que me lo ocultó.
La ira de Zaria estalló con tanta intensidad que apenas podía respirar. —Mi hijo tonto, Norene te está tomando por tonto…
Gracie negó con la cabeza, con una sonrisa de desprecio en el rostro. Se merecía que Norene se aprovechara de él.
—Mamá, te lo dije ayer, no tienes por qué meterte más en mi vida.
Cuando Lorenzo terminó, se hizo un breve silencio en la habitación.
Visita ahora ɴσνєℓα𝓼𝟜ƒα𝓷.𝒸ø𝓂 antes que nadie
Zaria lo miró, con evidente decepción en los ojos. —Está bien, no volveré a interferir en tu vida. Solo quiero visitar la tumba de Paulina y presentar mis respetos a mi nieta.
Gracie aprovechó el momento para intervenir. —¿No te lo ha dicho Norene? Envió a alguien a desenterrar la tumba de Paulina y a trasladar sus cenizas al crucero.
La ansiedad de Zaria se disparó de inmediato. —¿Quieres decir que Norene desenterró la tumba de Paulina? ¿Qué está tratando de hacer?
Lorenzo intervino rápidamente: —Gracie, sé que tú colocaste la urna en la mansión Hughes. Solo tú puedes llevarnos a ver a Paulina.
Zaria se volvió hacia Gracie, con los ojos llenos de esperanza.
Gracie le recordó con dureza: —Lorenzo, ¿lo has olvidado? En el crucero, lo llamaste polvo común e incluso pisaste las cenizas de Paulina. ¿Te imaginas el dolor que debió de sentir su alma?
Zaria miró a Lorenzo con incredulidad. —¿En serio? ¿Lorenzo? ¡Era tu propia hija! ¿Por qué la trataste así?
Cuando las palabras de Gracie llegaron a sus oídos, la mente de Lorenzo se quedó en blanco por un instante.
.
.
.