Deja que te lleve el corazón - Capítulo 588
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 588:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Eleanor decidió no mencionar lo que Joseph había dicho antes. No quería poner a su hija en una situación incómoda.
Norene le lanzó una mirada molesta a Joseph, pero rápidamente pasó el brazo por el de Eleanor. Habló en su defensa, con voz sincera. —Mamá, Joseph no quería ofenderte. Me ha ayudado mucho en el pasado. ¿No me has dicho siempre que sea agradecida? ¡Por favor, dale una oportunidad!
Eleanor suspiró, claramente indecisa, pero las palabras de su hija la ablandaron.
—Está bien —dijo a regañadientes—. Le daré una oportunidad. Pero que quede claro: si no cumple, no dudaré en despedirlo.
—¡Gracias, mamá! ¡Sabía que no me defraudarías! —dijo Norene con una sonrisa radiante y un tono encantador. Le lanzó una mirada sutil a Joseph, instándole en silencio a que hablara.
Joseph dio un paso adelante inmediatamente, inclinando ligeramente la cabeza en señal de agradecimiento. —Gracias, señora Palmer. Prometo dar lo mejor de mí y asegurarme de no decepcionarla a usted ni a la señorita Palmer.
En el Grupo Hughes.
—¿Quién va a explicar dónde han desaparecido los fondos destinados a la aldea de Chafvale? —rugió Lorenzo, y su voz resonó en la sala de conferencias.
El silencio era ensordecedor. Nadie se atrevía a mirarlo a los ojos.
«No importa que no digáis nada», continuó Lorenzo, con tono gélido y lleno de ira. «Tengo todas las pruebas que necesito. ¡Guarda tus excusas para la policía!».
El jefe del departamento financiero se derrumbó de repente bajo la presión. Presa del pánico, se puso de pie y se inclinó repetidamente mientras suplicaba: «¡Sr. Hughes, me equivoqué! La codicia pudo más que yo. Devolveré hasta el último centavo. Por favor, ¡dame otra oportunidad!».
Los ojos de Lorenzo se volvieron de acero mientras lo miraba fijamente. «Ya es demasiado tarde para eso».
Momentos después, los guardias de seguridad escoltaron al hombre fuera de la sala. Lorenzo se volvió entonces hacia su secretaria y le dijo secamente: «Traiga a Gracie».
Actualizaciones diarias desde ɴσνє𝓁α𝓼4ƒα𝓷.𝓬𝓸𝓂 para fans reales
Gracie entró en la sala unos minutos más tarde, con tono neutro y expresión impenetrable. —¿Qué necesita de mí, señor Hughes?
—Has sido fundamental para que esto saliera adelante. A partir de ahora, supervisarás el departamento financiero. ¿De acuerdo? —dijo Lorenzo, con tono firme pero expectante.
Gracie negó con la cabeza sin dudar. —No, gracias, señor Hughes. No me interesa ocuparme de las finanzas.
La expresión de Lorenzo se ensombreció. —Gracie, ¿por qué siempre te opones a mí? ¿Sabes cuántas personas estarían deseando tener esta oportunidad? Te la reservé para ti, ¿y así es como me lo pagas? No seas tan desagradecida.
Una risa fría escapó de los labios de Gracie. «Bueno, señor Hughes, creo que debería darle esta «oportunidad» a alguien que realmente la quiera. Si eso es todo, volveré a mi trabajo». Se dio la vuelta, dispuesta a marcharse sin decir nada más.
Pero justo cuando daba el primer paso, la voz de Lorenzo la detuvo en seco. «He conseguido un nuevo donante de corazón para Paulina. La operación está programada para el próximo lunes».
Gracie se quedó paralizada. Incluso en ese momento, Lorenzo seguía sin creer lo que ella había dicho: la muerte de su hija.
La voz de Gracie resonó, aguda y firme. «No será necesario», dijo sin siquiera mirar atrás.
.
.
.