Deja que te lleve el corazón - Capítulo 558
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 558:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Lanzó una mirada molesta a Lorenzo, pero se quedó callada. Con Waylon cerca, sabía que no era el momento adecuado para perder los estribos.
Todos se volvieron para mirar hacia delante.
—¿Hemos atropellado a alguien? —gritó Norene, presa del pánico.
Todos salieron del coche.
Una niña pequeña yacía en el suelo no muy lejos, con frutas silvestres esparcidas por el suelo desde la cesta que llevaba. El conductor, nervioso y a la defensiva, se apresuró a hablar. «¡Se ha tirado delante del coche! No ha sido culpa mía. He oído historias sobre estos pueblos de montaña. Fingen accidentes para sacar dinero. Parece que hoy nos ha tocado a nosotros».
Ignorando los murmullos, Gracie se apresuró a acercarse a la niña. «¿Estás herida? ¿Puedes levantarte?», le preguntó.
Lorenzo, que estaba unos pasos detrás, le advirtió: «Gracie, no te metas. Podría estar fingiendo».
La niña se levantó lentamente. «Estoy bien», dijo.
Mientras hablaba, empezó a recoger las frutas esparcidas. Gracie se agachó inmediatamente para ayudarla.
Pero cuando la niña miró a Gracie a la cara, su expresión cambió por completo. Ahora tenía los ojos llenos de lágrimas. «¡Mamá! ¿Por qué me has abandonado?», gritó la niña.
Gracie se quedó paralizada, atónita por las palabras. Un dolor que no podía explicar se extendió por su pecho, recordándole a su propia hija, Paulina.
Norene, que observaba con una mezcla de diversión y desdén, no pudo contenerse. «Señorita Jones, ¿cuándo tuvo a esta hija?».
La expresión de Lorenzo se ensombreció.
novelas4fan.com, donde vive tu novela
Gracie negó con la cabeza, con voz suave pero firme. —Cariño, me has confundido con otra persona. No soy tu madre. Pero dime, ¿por qué has salido corriendo delante del coche? ¡Ha sido muy peligroso!
La niña dudó, con el rostro aún más abatido.
«Se me han caído las frutas. No quería perderlas.«
Solo entonces se dieron cuenta de la fruta aplastada bajo la rueda del coche. El conductor se frotó la nuca con torpeza, al darse cuenta de que su suposición anterior había sido errónea.
Aun así, Norene murmuró: «¿No podías haber esperado a que pasara el coche? Si te hubiera atropellado, nunca habrías podido recoger la fruta».
Gracie ignoró a Norene y metió la mano en el bolsillo, sacando un pequeño paquete de chocolates.
«¿Qué tal esto? Te cambio estos chocolates por una de tus frutas», dijo.
La niña miró los chocolates con curiosidad, como si nunca hubiera visto nada parecido. «Gracias, señorita».
Waylon, que había estado observando en silencio, miró a Gracie con aire pensativo, con un destello de admiración en su expresión.
Norene, por su parte, puso los ojos en blanco. —Gracie, ten cuidado. Parece que nunca ha probado los chocolates, ¿y si le da alergia?
.
.
.