Deja que te lleve el corazón - Capítulo 545
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Capítulo 545:
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Justo cuando Greg iba a preguntar, el guardia se apresuró a subir las escaleras, todavía hablando por teléfono.
Con expresión preocupada, Waylon sacó su teléfono para llamar a Gracie, pero descubrió que su línea no estaba disponible. Sin pensarlo dos veces, corrió hacia la escalera.
Al acercarse al sexto piso con el sonido de las alarmas, Waylon corrió hacia el ascensor averiado.
«Gracie, ¿me oyes? ¿Estás ahí?», gritó en voz alta.
Al oír la voz familiar desde fuera del ascensor, Gracie respondió: «Sí, estoy aquí».
Waylon se puso aún más nervioso.
Un solo paso en falso podría hacer que el ascensor se estrellara contra el suelo. Intentó por todos los medios no ponerse nervioso, sabiendo que debía mantener la calma antes de ayudar a Gracie a salir.
«Aguanta, Gracie. Voy a sacarte de ahí», le aseguró.
Greg se volvió hacia un guardia de seguridad que se encontraba cerca. «¿Cuánto tardará en llegar la ayuda?».
Con evidente tensión, el guardia respondió: «Al menos diez minutos, según me han dicho».
Al saber que el equipo de rescate tardaría otros diez minutos en llegar, Waylon sintió un impulso urgente de forzar las puertas del ascensor.
—Señor, mantenga la calma. Si manipula el ascensor, corre el riesgo de que se caiga.
¿El ascensor podía caerse en cualquier momento? Al oír esas palabras, Waylon se quedó paralizado.
Una ola de frío le recorrió el cuerpo, casi abrumándolo.
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—Señor, ¿es usted pariente de la señorita Jones? Hablar con ella podría ayudarla a calmarse.
Waylon no respondió.
Se pegó a la puerta del ascensor y gritó: «Gracie, ¿puedes oírme?».
Acurrucada en un rincón del ascensor, Gracie estaba sentada contra la pared, cerca de los botones. «Sí, te oigo».
Lorenzo se agarró con fuerza al pasamanos, con el rostro también pálido.
—Gracie, ¿recuerdas cuando nos conocimos?
El recuerdo de su encuentro en el hotel pasó por la mente de Gracie.
—Nunca fue cierto que no me interesaras —dijo Waylon.
Gracie sintió una sacudida de sorpresa. ¿Era realmente el momento para tales confesiones?
¿Y si el ascensor se caía…?
«Al principio, era escéptico sobre por qué te habías acercado a mí. Sin embargo, con el tiempo, no pude evitar sentirme atraído por ti».
¿De verdad estaba confesándole sus sentimientos ahora?
No podía ser.
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