Deja que te lleve el corazón - Capítulo 514
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Capítulo 514:
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¿Cabina 101?
Gracie pensó inmediatamente que allí podría estar escondida la urna de su hija.
Impulsada por este pensamiento, Gracie se apresuró hacia la cabina. Al abrir la puerta de la cabina 101, encontró una caja en el suelo.
Gracie se acercó a la caja de madera con manos temblorosas, con el corazón atravesado por un dolor agudo.
Con mucho cuidado, se agachó y, con los dedos temblorosos, levantó la tapa. Allí estaba: la urna de su hija. Las lágrimas brotaron de sus ojos y dibujaron silenciosos ríos de dolor en sus mejillas.
«Paulina… Todo es culpa mía. No pude protegerte». Cerró la caja con delicadeza y la apretó contra su pecho. «Paulina, ahora te llevaré a casa», murmuró.
Aferrándose a la caja, salió de la oscura cabina, pasando por delante de la zona del bar y dirigiéndose hacia la salida.
En ese momento, un anuncio agudo resonó por los altavoces. «Atención, todos los pasajeros: todas las entradas y salidas del crucero deben cerrarse inmediatamente. Se trata de una orden urgente».
Cuando Gracie se dispuso a marcharse de todos modos, un miembro del personal apareció y le bloqueó el paso.
«Disculpe, señora. Me temo que no puedo dejarla salir ahora mismo. Por favor, vuelva a la cubierta».
Gracie entrecerró los ojos. «¿Qué está pasando? ¿Ha ocurrido algo?».
«Aún no lo sabemos con certeza», respondió el miembro del personal, con tono seco pero educado. «Agradeceríamos su colaboración por el momento».
A regañadientes, Gracie se volvió hacia la cubierta, con la caja de madera aún entre sus brazos.
Cuando llegó, la cubierta estaba llena de murmullos. Los invitados se arremolinaban, intercambiando miradas ansiosas.
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Fue entonces cuando Norene hizo su entrada, moviéndose con pasos deliberados. Caminaba del brazo de Giovanna, irradiando confianza como el sol, mientras Nathaniel los seguía de cerca como su protector.
—Señorita Palmer, ¿va a empezar la ceremonia? —gritó un joven entre la multitud.
Norene soltó el brazo de Giovanna y dirigió su aguda mirada hacia él.
—Todavía no. Estamos esperando a Alex. En cuanto llegue, comenzará la ceremonia.
Tras una breve pausa, continuó: —Les pido disculpas por las molestias. Como todos saben, hoy, en la ceremonia de entrega del crucero, le entregaré este barco a Alex.
Sus palabras quedaron suspendidas en el aire, provocando murmullos entre los invitados.
«¡Esa es la generosidad que solo la familia Palmer puede permitirse!».
«¡Exacto! Solo este barco debe de valer millones. ¡Imagínate tener tanta riqueza como para poder regalar algo así!».
«Me pregunto quién será ese Alex para haber llamado la atención de la hija de la familia Palmer».
Giovanna, de pie junto a Norene, levantó la barbilla con aire de tranquilo triunfo.
«¡Alex no es cualquiera! Es un hacker de talla mundial. No hay ningún sistema que no pueda piratear».
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