Deja que te lleve el corazón - Capítulo 498
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 498:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Por un instante, los ojos de Norene brillaron con triunfo. «¡Te dije que si querías las cenizas de Paulina, tendrías que seguir mis reglas!».
Gracie tardó unos segundos en recuperar la compostura. Lentamente, soltó el cuello de Norene, con la voz entrecortada. «¡Está bien! Iré con usted».
En casa de Lorenzo, la escena cambió.
«Señorita Palmer, ya está en casa».
Gracie vio a Zaria, que se comportaba como una ama de llaves obediente, dar un paso adelante para coger el abrigo de Norene. Pero cuando los ojos de Zaria se posaron en Gracie, que estaba detrás de Norene, fue imposible ocultar su sorpresa.
Un destello de satisfacción brilló en los ojos de Norene al ver su sorpresa.
—¿No te has dado cuenta de que ha llegado nuestra invitada? ¿Por qué no se ha servido la comida todavía? —preguntó Norene con arrogancia.
—Yo me encargo —respondió Zaria, dirigiéndose a la cocina.
Gracie observó a Zaria marcharse, arqueando las cejas con sorpresa. Después de todo, Zaria no se había atrevido a entrar en la cocina en más de seis años.
Cuando por fin sirvieron la comida, Norene hizo un gesto a Gracie para que se uniera a ella.
Con una leve sonrisa, Norene observó la reacción serena de Gracie, disfrutando del poder que ejercía sobre su suegra, algo que Gracie nunca había conseguido.
—Lorenzo aún no ha vuelto. ¿Empezamos sin él? —sugirió Zaria, sentándose.
Norene golpeó con fuerza los cubiertos sobre la mesa. —¿Quién te ha dicho que te sientes?
Zaria, con aire abatido, se levantó de nuevo.
novelas4fan.com tiene: ɴσνєℓα𝓼4ƒ𝒶𝓷.c○𝓂 para ti
Norene dijo con firmeza: —Que él no haya vuelto no significa que yo no pueda empezar a comer. A partir de ahora, yo decido lo que pasa en esta casa. Y tú, tú no tienes derecho a sentarte a esta mesa conmigo».
Zaria contuvo su disgusto, ocultando sus emociones.
«Entendido», respondió.
Gracie se mantuvo al margen de la disputa entre Norene y Zaria, con la mente en otra parte, preocupada por la incertidumbre sobre el paradero de la urna de su hija, que Norene había escondido.
—¿Por qué no come, señorita Jones? ¿No le gusta la comida que ha preparado mi sirvienta? —preguntó Norene a Gracie.
Gracie comenzó a comer con vacilación, encontrando la comida insípida y poco apetecible.
Al observar esto, Norene dejó caer deliberadamente un plato al suelo.
—Hay que volver a preparar la comida si no es satisfactoria para nuestra invitada —respondió con frialdad.
Zaria, con los puños apretados, respondió pacientemente: «He tardado mucho en preparar esta comida. Si no es de su agrado, quizá pueda dejársela a mi hijo».
Norene levantó la mirada bruscamente y miró directamente a Zaria. «¿Está insinuando que yo tengo la culpa?».
Zaria dudó y se mordió el labio. «En absoluto. Iré a preparar otra tanda inmediatamente».
Poco después, Lorenzo entró, recién llegado del trabajo.
.
.
.