Deja que te lleve el corazón - Capítulo 478
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Capítulo 478:
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Cuando sus dedos finalmente tocaron las teclas, una cascada de notas brotó, pura y fluida.
La melodía se desarrolló sin esfuerzo, envolviendo la habitación en un abrazo delicado pero poderoso.
Sus manos se movían con un ritmo poético, cada nota subía y bajaba como un latido, llena de emoción. La música hablaba sin palabras, melancólica en un momento y jubilosa al siguiente.
Una chispa de asombro iluminó los ojos de Waylon.
¿Así que Gracie sabía tocar el piano? ¿Cuántos secretos más le ocultaba?
Gracie parecía perdida en la música.
Su rostro fluctuaba con el flujo y reflujo de la música, sonriendo ocasionalmente para mostrar felicidad y placer, y otras veces frunciendo ligeramente el ceño, como expresando una tristeza subyacente.
Su cuerpo se balanceaba al ritmo, su conexión con la melodía era tan profunda que parecía que ella y el piano respiraban al unísono.
Cuando la última nota permaneció en el aire como un susurro, Gracie volvió lentamente al presente, sin romper el hechizo que había invocado en la sala. Se puso de pie y hizo una modesta reverencia.
Los aplausos fueron instantáneos y atronadores.
Norene se quedó mirando, con la mente luchando por conciliar la imagen de la radiante figura que tenía ante sí. Murmuró para sí misma: «¿Cómo… cómo es posible?».
«¡Nunca imaginé que esta joven pudiera tener un talento tan increíble! Su interpretación al piano ha sido extraordinaria», exclamó alguien.
«¡Ha sido realmente fenomenal! Tiene el mismo talento que los mejores pianistas que he escuchado nunca. Cada acorde fluía a la perfección y su ritmo era impecable. Me ha dejado boquiabierto», añadió otro con entusiasmo.
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Una joven invitada, con el rostro radiante de admiración, dijo: «Bueno, no es exagerado decir que esta pieza musical me ha transmitido una sensación de paz y belleza que nunca antes había sentido. Ha ejecutado cada detalle a la perfección». Sin duda, Gracie se había llevado todo el protagonismo.
En marcado contraste, la actuación de Norene no podía haber ido peor.
Norene se agarró con fuerza el vestido, con una mezcla de vergüenza y rabia en el rostro.
Estaba segura de que Gracie había tocado tan bien solo para humillarla.
Mientras tanto, Floyd salió de su ensimismamiento. Por un instante, creyó ver un atisbo de la joven Ada en la forma de tocar de Gracie.
Aplaudió y se rió a carcajadas. «¡Gracie, has sido demasiado modesta! Con tu talento, podrías competir fácilmente con los mejores pianistas del mundo».
Gracie esbozó una suave sonrisa y respondió: «Sr. Palmer, solo estaba tocando una melodía sencilla».
Mientras la mayoría la colmaba de elogios, la voz de Nathaniel cortó la admiración. «Oh, eres muy buena tocando el piano. Entonces, ¿por qué dijiste que no lo tocabas bien? No soporto la falsa modestia».
En cuanto Nathaniel habló, Floyd se volvió bruscamente y lo miró con una mirada que lo detuvo en seco. Eleanor, por su parte, miró a Gracie con un ligero aire de resentimiento.
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