Deja que te lleve el corazón - Capítulo 467
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Capítulo 467:
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—Abuelo, mamá, ella es Norene —dijo Giovanna, señalando a la joven—. Me ha dicho que el collar es suyo desde que era niña.
Floyd, sentado rígido en el sofá, desvió la mirada hacia Norene y entrecerró sus afilados ojos. A su lado, Eleanor se quedó paralizada, con el rostro iluminado por una esperanza apenas contenida. Eleanor apretó las manos con fuerza, tratando de evitar que sus emociones se desbordaran.
Floyd, por su parte, fruncía el ceño con escepticismo. ¿Cómo podía ser esta mujer la que habían estado buscando?
Su voz era firme y autoritaria. «Este collar… ¿Estás completamente segura de que es tuyo? No se lo has quitado a nadie, ¿verdad?
Norene sintió un nudo en el pecho y una oleada de pánico le recorrió el rostro. ¿Acaso el anciano ya había descubierto la verdad?
Norene decidió arriesgarse. Obligándose a parecer tranquila, respondió: «Este collar es mío desde que tengo uso de razón».
Eleanor, inquieta por el tono severo de Floyd, intervino rápidamente: «¡Floyd, no asustes a Ada!».
Al oír las palabras de Eleanor, Norene sintió una oleada de alivio. Su apuesta había dado sus frutos. La prueba de ADN debía de haber confirmado que Gracie tenía lazos sanguíneos con esta familia.
Gracias a Gracie, Norene había conseguido reclamar la identidad de la descendiente perdida de la rica familia.
Eleanor se acercó a Norene con los ojos llenos de lágrimas. Le dijo en voz baja: «Ada, querida, soy tu madre».
Al notar la ternura en el acercamiento de Eleanor, Norene respondió con sencillez: «Mamá».
En el momento en que Norene la llamó «mamá», las lágrimas de Eleanor brotaron sin control. «Ada, te he buscado durante tanto tiempo. ¿Dónde has estado?», lloró Eleanor, con la voz llena de emoción, y sin pensarlo, abrazó a Norene con fuerza. Norene rodeó con sus brazos a Eleanor, sintiendo un calor que no había conocido desde la muerte de su propia madre. «Mamá, te he echado tanto de menos», dijo.
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Giovanna, que estaba cerca, las miró con recelo, mientras que Floyd parecía inquieto.
—Eleanor, no te precipites. Aún no hemos comprobado que sea realmente Ada —advirtió Floyd.
Eleanor respondió rápidamente: —Papá, es mi hija. Estoy segura de que es Ada. Nathaniel ya hizo una prueba de paternidad para nosotros. ¿Cómo podría ser falsa?
Nathaniel también intentó calmar a Floyd. «Sí, abuelo, un amigo mío ayudó con la prueba de paternidad. Es fiable, te lo prometo».
Floyd frunció el ceño mientras observaba a Norene y luego le preguntó: «¿Recuerdas algo de antes de tener cinco años?».
Norene lo miró a los ojos. —Cuando tenía cinco años, tuve un grave accidente de coche. Cuando desperté, no recordaba nada de antes —explicó.
Por suerte, la noche anterior le había preguntado a Lorenzo por Gracie, o no habría podido mentir de forma tan convincente.
Floyd se quedó callado, aunque algo seguía sin cuadrarle. Eleanor escuchaba con el corazón encogido y las lágrimas aún corriendo por su rostro.
«Ada, ¿cómo has estado todos estos años? ¿Te han tratado bien?», preguntó.
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