Deja que te lleve el corazón - Capítulo 455
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Capítulo 455:
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¿Cómo se atrevía Gracie a intentar engañarlo así?
Gracie ya se había dado la vuelta, al darse cuenta de que el empleado regresaba hacia ellos después de pasar la tarjeta.
—Señor Palmer, el total es doscientos millones. Aquí tiene su tarjeta —dijo el empleado.
Nathaniel la cogió con el ceño fruncido, aunque intentó calmarse por dentro.
El dinero no importaba; no podía arriesgarse a estropear el plan de su hermana hoy.
Giovanna volvió a mirar la sala, confundida. —Por cierto, ¿cuándo llegará Waylon?
Gracie no estaba segura de qué estaban tramando, pero respondió con sinceridad: —Tiene algo que hacer, así que probablemente no podrá venir hoy.
Giovanna entrecerró ligeramente los ojos. —¿No va a venir? —Le había pedido a Gracie que eligiera las joyas, en parte para humillarla y en parte para ganar tiempo, con la esperanza de que Waylon apareciera.
No esperaba que Waylon se echara atrás.
Justo cuando el dependiente estaba a punto de entregarle las joyas a Gracie, Giovanna cambió rápidamente de tono. —Un momento, ¿cuándo he dicho que estas joyas eran para ella?
Gracie miró fijamente a Giovanna, sus miradas se cruzaron en una batalla silenciosa.
Nathaniel también se dio cuenta.
—Así es. Estas joyas las pagué yo. Mi hermana solo dijo que podías elegir lo que quisieras, no que fueran un regalo para ti».
Gracie no se sorprendió por sus palabras.
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Después de todo, alguien que prefiere enfrentarse al castigo de su familia antes que pedir perdón no puede cambiar de opinión de repente. Parecía que su disculpa no era más que una fachada y que probablemente tenían otros planes.
Gracie sonrió levemente y se dirigió al empleado. «No pasa nada. Puedes devolverle las joyas a la señorita Palmer. Al fin y al cabo, romper promesas es bastante típico en ella».
Mientras los murmullos se extendían a su alrededor, la expresión de Giovanna se ensombreció.
Como Waylon no había aparecido, su plan tendría que retrasarse.
«No he incumplido mi palabra. Esa pulsera de jade es tuya. Dile al personal que me envíe la factura», dijo Giovanna.
Con eso, el empleado le entregó la pulsera de jade a Gracie.
Giovanna le lanzó una rápida mirada a Gracie y luego se dio la vuelta para marcharse. Nathaniel cogió el joyero y la siguió.
Al salir de la sala de exposiciones, se topó con Waylon, que llevaba una máscara.
—¿Te has disculpado? —preguntó con voz aguda.
Nathaniel frunció el ceño al oír la pregunta.
—Sí —respondió Giovanna.
Ella intentó agarrar a Waylon por el brazo, pero él se apartó rápidamente. Sin prestarles más atención, Waylon pasó junto a ellos y se dirigió directamente a la sala de exposiciones, hacia Gracie.
Su presencia llamó la atención de todos los que estaban alrededor.
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