Deja que te lleve el corazón - Capítulo 415
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 415:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Gracie cogió un trozo pequeño de bacalao y se lo llevó a la boca. Sus ojos se abrieron de par en par con deleite cuando los sabores estallaron en su lengua. La corteza dorada y crujiente contrastaba a la perfección con el pescado tierno y hojaldrado del interior, creando una sinfonía de texturas y sabores.
El aroma ahumado de la parrilla se mezclaba a la perfección con las especias, y cada bocado era una obra maestra de matices. «¿Dónde demonios has encontrado a un chef así?», preguntó, saboreando el bocado. «¡Esto es increíble!».
Una leve sonrisa se dibujó en los labios de Waylon, suavizando su habitual actitud estoica.
«Mientras lo disfrutes», dijo.
«Por cierto, Waylon», comenzó Gracie. «Si despiden a Giovanna, ¿se romperá el vínculo entre las familias Palmer y Hughes?».
Waylon levantó ligeramente la mirada, con expresión impenetrable. «Eso no es algo de lo que debas preocuparte».
No le dio una respuesta directa, lo que solo sirvió para aumentar su curiosidad. ¿Realmente les afectaría?
Aun así, estaba claro que Giovanna no estaba hecha para el puesto de vicepresidenta.
Gracie reflexionó sobre ello mientras se llevaba la comida a la boca.
La comida estaba divina, cada bocado mejor que el anterior.
Las conversaciones solo impedían saborear semejante delicia, así que se quedó callada, dejando que los sabores bailaran en su paladar.
Una vez que su plato quedó vacío y su apetito completamente satisfecho, el teléfono de Waylon vibró.
Se excusó para atender la llamada, dejando a Gracie sola con los restos de la cena.
novelas4fan.com tiene: ɴσνє𝓁α𝓼4ƒα𝓷.c♡𝓂 de acceso rápido
Mientras recogía la mesa y llevaba los platos vacíos a la cocina, algo le llamó la atención. La papelera estaba a punto de desbordarse con ingredientes y restos desechados.
¿De verdad Waylon se había pasado todo el día experimentando en la cocina?
¿Todo porque ella había comentado sin pensar: «Si pudiera saborear tu cocina unos días más, la vida sería maravillosa»? Darse cuenta de ello le provocó una sensación cálida y suave en el pecho.
¿Quién hubiera pensado que Waylon, ese hombre enigmático y a menudo distante, podía ser tan… considerado?
Equilibraba el trabajo y el hogar como un malabarista experimentado.
Si tuviera un marido como él, su vida sería completa.
Pero, por supuesto, él no era su marido.
Cuando Waylon regresó de su llamada, encontró a Gracie en la cocina, con las mangas remangadas y las manos sumergidas en agua jabonosa.
—¡Ah! —gritó Gracie de repente.
Waylon reaccionó de inmediato y se apresuró a acercarse.
—¿Qué ha pasado? —preguntó preocupado.
Había una ligera tensión, apenas perceptible, en su voz.
Gracie se volvió hacia él con una sonrisa avergonzada. «No es nada», le aseguró. «Me he cortado el dedo con el cuchillo de la cocina mientras lo lavaba».
.
.
.