Deja que te lleve el corazón - Capítulo 381
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Capítulo 381:
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La suave luz de la mañana se colaba por las rendijas de las cortinas, despertando lentamente a Gracie. Se despertó poco a poco, con la mente aún confusa por los restos de sus sueños.
Giró la cabeza y vio que Waylon ya no estaba allí. Se había levantado y se había marchado.
Justo cuando se disponía a apartar la manta, algo llamó su atención. Había una pulsera en su muñeca.
¿No era la misma pulsera por la que Waylon había pujado la noche anterior? ¿No había dicho que era para su amada? ¿Cómo había acabado en ella?
Rápidamente descartó la idea. No era tan tonta como para creer que era esa mujer.
Al sentarse, Gracie sintió algo extraño contra su piel. Había algo alrededor de su cuello.
Bajó la vista y vio un collar con un diamante en forma de corazón descansando sobre su pecho.
Aunque estaba segura de que no era la mujer que Waylon amaba, no pudo evitar sonreír.
Mientras tanto, Greg informaba a Waylon de sus hallazgos.
—Señor Hughes, la hija de la señorita Jones falleció hace más de tres meses a causa de una enfermedad cardíaca —informó Greg, con voz cargada de tristeza.
La noche anterior, Waylon le había pedido que localizara a la hija de Gracie para darle una sorpresa. Nunca esperó encontrarse con una noticia tan desgarradora.
La mirada de Waylon se endureció. Sabía que Greg no bromearía con algo así. —Dame todos los detalles —dijo.
Greg no tuvo más remedio que contarle a Waylon todo lo que había averiguado.
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—La hija de la señorita Jones tenía miocardiopatía dilatada. Pasaron todo un año esperando un donante compatible. Pero justo antes de la operación, Lorenzo firmó una renuncia y cedió el corazón al hijo de Norene.
Waylon se quedó en silencio. La gente solía considerarlo frío y despiadado, pero ahora su habitual exterior impasible había dado paso a una rabia ardiente.
Greg continuó: «Como la hija de la señorita Jones no pudo operarse a tiempo, ella…». Se detuvo, incapaz de terminar.
No había esperado el profundo dolor de Gracie.
Waylon finalmente lo entendió. Ahora comprendía por qué Gracie sentía un resentimiento tan profundo hacia Lorenzo y Norene.
Desde el principio, ella había utilizado su cuerpo para llegar a un acuerdo con él. Waylon no pudo evitar preguntarse si el sufrimiento de Gracie habría sido menor si él hubiera sabido la verdad antes.
«Parece que fui demasiado indulgente con Lorenzo», dijo Waylon, con los ojos ardientes y llenos de una intensidad oscura.
Luego le dio una orden clara a Greg. —No digas nada. No vuelvas a mencionar a su hija delante de ella.
Greg lo entendió. Waylon no quería causarle más dolor a Gracie reabriendo viejas heridas.
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