Deja que te lleve el corazón - Capítulo 271
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 271:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Dejó el tazón sobre la mesa y le ayudó a sentarse con delicadeza.
Después de luchar contra el dolor, estaba más dispuesto a escucharla.
Waylon tomó el tazón y se terminó toda la avena.
Después, Gracie le trajo un vaso de agua tibia y le dio unas pastillas.
«Llamé al Dr. Jenkins antes. Dijo que el dolor de estómago se debe a que no comes con regularidad. Te traeré una almohadilla térmica para que te alivie», le explicó.
Una vez que Waylon se recostó, Gracie se apresuró a buscar la almohadilla térmica.
Cuando estaba a punto de levantarle la camiseta del pijama, Waylon le agarró la muñeca y la miró con recelo.
«¿No se supone que hay que ponerla sobre el pijama?».
Gracie se dio cuenta de su error.
Ah, claro.
¿Pensaba que estaba intentando aprovecharse de él o echarle un vistazo a sus abdominales?
Se apresuró a explicarle: «No te hagas una idea equivocada. Solo quería saber dónde ponerla».
Waylon finalmente le soltó la muñeca y le permitió continuar.
Gracie intentó actuar con naturalidad mientras le levantaba la camiseta del pijama. Su mano rozó accidentalmente sus abdominales y no pudo evitar fijarse en lo en forma que estaba.
Un rubor se extendió por el cuello de Waylon.
Cada lugar que tocaban los dedos de Gracie parecía enviar una descarga por todo su cuerpo.
Tras un largo silencio, Waylon rompió el silencio con voz baja y un poco áspera.
—¿No has visto suficiente?
Gracie bajó rápidamente la parte superior del pijama y colocó la almohadilla térmica sobre su estómago.
—Muy bien, Waylon, descansa. Te sentirás mejor pronto —dijo.
Disponible ya en ɴσνєℓα𝓼4ƒαɴ.ç𝓸𝗺 que te atrapará
Waylon abrió la boca, dispuesto a darle las gracias, pero en lugar de eso, preguntó
«¿Qué quieres a cambio?».
Gracie levantó la vista, confundida.
«Waylon, ¿crees que te estoy cuidando para negociar condiciones?».
Waylon no respondió, y su silencio hizo que Gracie sintiera que estaba de acuerdo.
De repente, la ira brotó dentro de ella.
Bien, si él pensaba que ella buscaba un trato, ¿por qué no llegar a uno?
«¿Y si te pidiera que destituyeras a Lorenzo de su cargo de director general?».
Gracie esperaba que Waylon inventara una razón para negarse, pero, en cambio, él le dio una respuesta sorprendente.
«De acuerdo, lo destituiré, pero asegúrate de que no te arrepentirás más tarde».
Cuando Waylon dijo esto, Gracie supuso que estaba bromeando.
«¿Por qué iba a arrepentirme?», respondió ella.
Al día siguiente, la noticia cayó como un jarro de agua fría cuando la empresa anunció que el director general había sido degradado.
.
.
.