De Exesposa Humilde a Magnate Brillante - Capítulo 983
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 983:
🍙🍙 🍙 🍙 🍙
«¿Quién eres tú para aconsejar al Sr. Scott?», espetó Jaida con voz llena de rencor.
La mano de Christina voló hacia la mejilla de Jaida. Frunció ligeramente el ceño y se sopló la palma de la mano, que le escocía. «Tu piel es tan gruesa que me duele la mano», comentó, y luego se volvió hacia Dylan con un brillo juguetón en los ojos. «Sr. Scott, solo le estoy ayudando a disciplinar a quienes hablan sin pensar. Seguro que no me lo echará en cara, ¿verdad?».
Christina supo lo que pasaba por la mente de Jaida con solo una mirada. Como Jaida la había tildado de seductora, decidió mostrarle cómo era realmente una seductora de primer orden.
Sin previo aviso, Dylan, con el rostro frío como el hielo, levantó la mano.
Todos los presentes se quedaron paralizados, seguros de que había llegado la hora de Christina. Su audacia había ido demasiado lejos y Dylan estaba a punto de tomar cartas en el asunto.
Todos permanecieron paralizados, completamente atónitos mientras miraban a Dylan coger la mano de Christina. ¡Estaba cogiendo su mano! La sorpresa fue tan grande que casi se les salían los ojos de las órbitas. Todos sabían que Dylan despreciaba el contacto físico con las mujeres que intentaban llamar su atención. Sin embargo, ahí estaba, cogiendo voluntariamente la mano de Christina.
Y eso no era todo. Después de tomar la mano de Christina, Dylan la levantó suavemente y le sopló suavemente en la palma. «¿Todavía te duele?». Su voz transmitía una ternura tan extraña que parecía que no podía pertenecerle.
«Ya no me duele». Christina sonrió levemente y negó con la cabeza. Se volvió deliberadamente hacia los tres espectadores, arqueando las cejas en una provocación abierta. Defenderse a sí misma le resultaba agradable, pero tener a alguien poderoso de su lado le resultaba aún mejor. Así que eso era lo que significaba tener un verdadero respaldo: la victoria llegaba sin esfuerzo.
—Edwin —resonó la voz grave de Dylan.
Edwin, que había estado merodeando por la puerta observando cómo se desarrollaban los acontecimientos, entró inmediatamente. —Sr. Scott, ¿qué necesita de mí? —preguntó respetuosamente.
Edwin lo había visto todo claramente y sabía que su jefe trataba a Christina como a nadie más. Sin duda, había elegido el bando correcto: Christina estaba destinada a convertirse en la futura señora de la familia Scott.
Disponible ya en ɴσνєℓα𝓼4ƒ𝒶𝓷.c○𝓂 con contenido nuevo
—A partir de este momento, corta toda cooperación con el Grupo López. Cualquiera que se atreva a trabajar con ellos será tratado como un enemigo del Grupo Scott —el tono de Dylan era despiadado.
—¡Sí! —respondió Edwin con firmeza.
Jaida palideció y se desplomó en el suelo. ¡Estaba acabada! ¡Todo había terminado! El Grupo López pronto desaparecería de Lorbridge y su vida de riqueza y esplendor no sería más que un sueño.
Jaida nunca había imaginado que Dylan pudiera dejarse influir tan fácilmente por unas pocas palabras de esa vagabunda, Christina. ¿No se rumoreaba que era un hombre distante, que rechazaba por completo a las mujeres? ¡Esos rumores no eran ciertos en absoluto!
—Señor Scott, ¿qué hago con estos dos hombres? —preguntó Edwin, mirando a Brad y Jett.
.
.
.