De Exesposa Humilde a Magnate Brillante - Capítulo 926
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 926:
🍙🍙 🍙 🍙 🍙
«¿Excelencia? ¡Ja! ¿Qué tiene de excelente? No es más que una zorra que busca llamar la atención allá donde va», espetó Katie, con el rostro crispado por los celos.
Brendon apenas se percató de su intercambio. Su atención estaba totalmente puesta en Christina, y su mente se tensó por la ansiedad. Si no actuaba pronto, temía que el interés de ella se desviara por completo hacia otros hombres. Especialmente hacia alguien como Dylan, un hombre que lo eclipsaba en todos los sentidos. Era casi imposible que las mujeres resistieran a un hombre como Dylan.
Brendon supuso que, como mujer divorciada y sin antecedentes familiares, Christina nunca podría aspirar a casarse con alguien de la familia Scott. Sin embargo, podría convertirse en la amante de Dylan. Si Dylan la deseaba, podía tenerla, o a cualquier otra mujer, para el caso.
Brendon no creía que existiera ninguna mujer viva que pudiera resistirse a Dylan. Una mujer tan vanidosa como Christina, pensó con amargura, probablemente cedería a los avances de Dylan en poco tiempo.
Por eso Brendon decidió no permitir que Christina dejara de centrarse en él. Tanto si acababa con ella como si no, ella tenía que amarlo y mantenerse alejada de cualquier otro hombre. Especialmente de aquellos que fueran superiores a él. Nunca permitiría que Christina tuviera una vida mejor que la suya. Si lo hacía, pronto olvidaría que alguna vez lo había amado con tanta profundidad. Solo asegurándose de que su vida después del divorcio fuera más difícil que antes podría mantener su anhelo por la vida que una vez compartieron y mantener su amor intacto.
Con esa amarga convicción, una sombra se reflejó en los ojos de Brendon cuando le arrebató bruscamente la máscara a Katie.
—¡Eh! —exclamó Katie, sobresaltada, llevando instintivamente la mano a la máscara—. ¡Brendon! ¿Por qué me quitas la máscara?
Katie había planeado ponerse la máscara más tarde e invitar a un joven rico a bailar con ella. ¿Quién sabe? Quizás hubiera llevado a algo.
—Déjame tomarla prestada un rato —respondió Brendon en un tono bajo y deliberado. Todas las máscaras ya habían sido tomadas y no tenía idea de dónde podría encontrar otra.
Capítulos recién salidos en ɴσνє𝓁α𝓼4ƒ𝒶𝓷.ç0𝓂 en cada capítulo
—¿Para qué demonios necesitas una máscara? ¿Estás…? —Las palabras de Katie se apagaron cuando se le ocurrió una idea repentina. Entrecerró los ojos—. No estarás pensando en unirte a esos hombres para competir por la atención de Christina, ¿verdad?
Brendon no dijo nada, lo que solo aumentó la irritación de Katie.
—¡Brendon, Yolanda está aquí! ¿Cómo puedes siquiera pensar en ir detrás de otra mujer? ¿Qué le hace parecer eso? ¿Estás siendo justo con ella? —La mirada de Katie ardía de indignación mientras apretaba la máscara con más fuerza, negándose a soltarla.
Los ojos de Yolanda brillaban con lágrimas contenidas, y su voz temblaba con un toque de resentimiento. —No pasa nada. Brendon, creo que solo quieres ayudar a Christina a salir de una situación difícil. Nunca harías nada para traicionarme. Confío en ti.
«Katie, ¡eres demasiado ingenua! Si sigues siendo tan descuidada, puede que vuelvan a estar juntos», dijo Katie con tono agudo y frustrado.
Últimamente, Katie notaba que la atención de su hermano se había desplazado de Yolanda a Christina con más frecuencia que antes, y no podía entender por qué Yolanda no se daba cuenta de un cambio tan evidente. Si Yolanda no se aferraba a él con más fuerza, era muy probable que él volviera con Christina. Al fin y al cabo, Christina ya no era la mujer que había sido antes; se había vuelto muy hábil para conquistar a los hombres.
—No, eso nunca sucederá —Yolanda negó con la cabeza y levantó la mirada hacia Brendon. Con voz tranquila, le preguntó—: Brendon, ¿alguna vez harías algo para traicionarme?
.
.
.