De Exesposa Humilde a Magnate Brillante - Capítulo 823
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 823:
🍙🍙 🍙 🍙 🍙
La puja ya había subido a diez millones cuando Christina levantó tranquilamente su paleta. «Once millones».
En cuanto Yvonne lo vio, se inclinó y le susurró a Moss: «Cariño, esta es nuestra oportunidad».
Moss soltó una risa burlona. «¡Ja! Hoy voy a hacerla pagar».
Levantó su paleta con confianza. «Doce millones».
Katie había estado pensando en pujar ella misma, pero en cuanto vio que Moss se involucraba, decidió sentarse y dejar que las cosas siguieran su curso. Estaba claro que alguien más estaba ansioso por hacer sangrar a Christina, y ella estaba más que feliz de sentarse y disfrutar del espectáculo. Parecía que Christina estaba a punto de tirar una fortuna por un juego de sellos.
Katie no podía entender por qué Christina quería esa colección de sellos. ¿Qué tenía de atractivo coleccionar sellos? Por no hablar de la molestia de mantenerlos intactos.
Mientras la guerra de pujas entre Christina y Moss se recrudecía, nadie más se molestó en intervenir. El resto se limitó a observar el acalorado intercambio con ociosa diversión.
«¿Quién es esa mujer que está enfrentándose a Moss? ¿Tiene siquiera el dinero necesario para seguirle el ritmo?».
«No tengo ni idea de quién es, pero si es tan atrevida como para desafiar a Moss, tiene que tener mucho dinero detrás».
«¿Quién crees que va a ganar ese juego de sellos? Yo apuesto por Moss».
Los susurros se extendieron entre la multitud mientras los espectadores especulaban sobre quién saldría victorioso.
Christina esbozó una leve sonrisa burlona y un destello de cálculo brilló en sus ojos. Habían picado el anzuelo, ahora era el momento de recogerlo. Deliberadamente, puso una expresión exasperada, miró a Moss con dureza y apretó los dientes como si estuviera al límite.
Su mirada de irritación, bien ensayada, engañó por completo a Moss, que pensó que la tenía justo donde quería. Creía sinceramente que ella estaba desesperada por hacerse con esos sellos.
Encuentra más en ɴσνєℓα𝓼4ƒα𝓷.𝒸ø𝓂 para ti
La sonrisa de satisfacción de Moss se amplió con autosatisfacción mientras levantaba con confianza su paleta, listo para seguir subiendo el precio. Cuanto más parecía ella quererlo, más decidido estaba él a arruinar sus planes.
«Cariño, ¿y si dejamos de pujar ahora? Dejemos que gane a este precio, los sellos no valen tanto», susurró Yvonne, tratando de frenarlo.
Desde el principio, su objetivo había sido atrapar a Christina para que pagara de más por el artículo, elevando el precio hasta dejarla sin un centavo. Pero ahora, Yvonne se daba cuenta de que Moss se estaba dejando llevar por la emoción del juego, incapaz de controlarse.
«¡Cállate! ¡No necesito tus consejos!», espetó Moss a Yvonne, con voz áspera por la irritación.
Yvonne se estremeció, el miedo le hacía temblar las manos y se le llenaron los ojos de lágrimas, aunque ninguna cayó. Su plan original era sencillo: subir la puja por las nubes y luego retirarse y ver cómo Christina ganaba, obligándola a desembolsar mucho más dinero del que valía el artículo. Pero, de alguna manera, nada había salido según lo previsto.
.
.
.