De Exesposa Humilde a Magnate Brillante - Capítulo 770
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 770:
🍙🍙 🍙 🍙 🍙
«¿Acabas de decir algo?», preguntó ella, entrecerrando los ojos para mirarlo a través de su borrachera.
«Sí. Si estás cansada, descansa un rato apoyada en mí», respondió él con voz baja y profunda, como si le susurrara un secreto solo para ella.
Christina abrió mucho los ojos, como si acabara de tropezar con algo raro e inesperado. «¡Vaya! No sabía que tuvieras un lado tierno. Sinceramente, pensaba que estaba imaginando cosas».
Dylan carraspeó, sonrojándose al sentirse nervioso bajo la mirada fija de Christina. Sus ojos profundos se desviaron, incapaces de sostener su mirada más de un instante.
Christina ladeó la cabeza, intrigada. Era raro ver a Dylan, normalmente distante y emocionalmente inaccesible, tan desprevenido.
El alcohol había relajado sus inhibiciones, despojándola de los filtros a los que solía aferrarse.
Cuando Dylan entreabrió los labios, ella extendió la mano sin dudarlo y le acarició tiernamente el rostro con las manos.
Dylan parpadeó, claramente sorprendido. Su corazón dio un vuelco involuntario y los latidos repentinos resonaron en sus oídos.
—Eres… eres tan guapo —dijo Christina con una risa, con voz alegre y despreocupada.
Dylan se quedó paralizado, atónito. Era una palabra que nadie le había dicho nunca antes. Y ahora, de entre todas las personas, Christina la había dicho. Algo desconocido y extrañamente dulce floreció en su pecho. Era una sensación extraña, que no acababa de entender, pero que no podía ignorar.
Sus ojos se posaron en sus delicados rasgos, y una chispa de expectación se coló en sus pensamientos. ¿Podría esto llevar a algo más?
Sus ojos se deslizaron hacia abajo, atraídos por la tentadora curva de sus labios rojo cereza. Eran irresistiblemente tentadores.
Un pensamiento imprudente cruzó por su mente y rápidamente apartó la mirada, enderezándose con rigidez. Su respiración se entrecortó ligeramente y extendió la mano para apartar suavemente las manos de ella de su rostro.
¿Ya leíste esto? Solo en ɴσνєʟα𝓼4ƒ𝒶𝓷.c🍩𝗺 con contenido nuevo
Pero entonces, Christina se inclinó, acortando la distancia entre ellos hasta que sus rostros quedaron a pocos centímetros de distancia.
El aire entre ellos se sintió cargado, como si el más mínimo empujón hiciera que sus labios chocaran.
Su corazón latía con fuerza, cada golpe más frenético que el anterior, y su respiración se volvió superficial y entrecortada.
Dylan apretó los puños, tratando con todas sus fuerzas de reprimir el creciente impulso de besarla.
No se atrevía a desviar la mirada de sus llamativos rasgos, pero su voluntad flaqueó. Solo un vistazo. Esa mirada le costó cara. Tragó saliva con dificultad, con la nuez de Adán moviéndose mientras luchaba por controlarse.
Los ojos de Christina, velados, entrecerrados e innegablemente seductores, se clavaron en los suyos. Ella no tenía ni idea de hasta qué punto lo estaba llevando al límite. Un poco más cerca y sabía que perdería todo el control.
Su respiración se aceleró, cada vez más superficial y agitada, y su pulso retumbaba en su pecho.
.
.
.