De Exesposa Humilde a Magnate Brillante - Capítulo 629
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Capítulo 629:
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Las lágrimas comenzaron a brotar de los ojos de Yolanda mientras se aferraba a la mano de Brendon, impidiéndole llamar a la policía. Su voz temblaba. «Sé que te preocupas por mí, pero solo es una herida leve. No vale la pena crear una ruptura por esto».
Exhalando con dificultad, añadió: «No quiero culpar a Christina. Por favor, Brendon, escúchame por una vez. Con todo lo que está pasando en la familia Dawson, no es prudente empeorar las cosas».
Cada vez que Yolanda anteponía la situación de la familia Dawson, la compasión de Brendon por ella se hacía más profunda y quería protegerla aún más. En su mente, Yolanda era todo lo que un hombre podía desear: cariñosa, considerada y la pareja perfecta. Se prometió en silencio que nunca la decepcionaría, pasara lo que pasara.
«Christina, considérate afortunada. Dado que Yolanda ha decidido no seguir adelante con esto, yo lo dejaré pasar por ahora», comentó Brendon con frialdad.
Justo después de hablar, una voz cautivadora pero escalofriante resonó sin previo aviso.
«Quien haya hecho algo malo debe rendir cuentas».
Dylan dio un paso adelante, su alta estatura proyectaba una larga sombra e irradiaba una autoridad tranquila. Una mirada fría y afilada como una navaja atravesó a Yolanda y a los Dawson.
El aire pareció volverse más pesado, y Yolanda y los Dawson se encontraron casi conteniendo la respiración en su presencia. No esperaban que Dylan apareciera allí.
Trevor, que acababa de regresar del extranjero, aún no sabía nada de la conexión entre Dylan y Christina. Se acercó a Dylan con una sonrisa ansiosa. —¡Sr. Scott! Qué placer tan inesperado, es un verdadero honor verle aquí.
Con esas palabras, le tendió la mano.
Una fría indiferencia se apoderó del rostro de Dylan. Apenas miró a Trevor antes de meter las manos en los bolsillos de su traje negro perfectamente entallado, cada detalle del cual resaltaba su impresionante apariencia.
Con su físico esculpido y su devastadora belleza, el traje parecía sacado de un anuncio de alta costura.
La mano de Trevor quedó suspendida en el aire durante un instante. Al darse cuenta del desaire, se esforzó por mantener la compostura. Una chispa de resentimiento brilló en su interior, pero no se atrevió a mostrarla. « ». Se limitó a seguir sonriendo. Retiró la mano y esbozó una risa incómoda. —Bueno, señor Scott, ¿qué le trae por aquí hoy?
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Dylan no se anduvo con rodeos. —Han venido todos para pedirle cuentas a Christina, ¿no? Vamos a zanjar esto de una vez.
Excepto Trevor, los Dawson y Yolanda se miraron confundidos, sin saber qué pretendía Dylan realmente. ¿De verdad Dylan le estaba dando la espalda a Christina, la cuidadora que trabajaba para su familia, y se estaba poniendo del lado de los Dawson? Nadie se atrevía a preguntarlo abiertamente, aunque la pregunta rondaba en la mente de todos.
Trevor, por su parte, apenas podía contener su alegría. Su pecho se hinchó de importancia. «¡Sí, exactamente! El señor Scott tiene razón, ¡ella tiene que afrontar las consecuencias de sus actos!».
Con Dylan aparentemente apoyando a la familia Dawson, Trevor se sentía completamente invencible.
Yolanda no podía dejar de moverse, con la mirada fija en cualquier lugar menos en Dylan. Una sensación de inquietud se apoderó de ella. Dylan nunca le había parecido del tipo que tomaba partido, y menos aún por la familia Dawson o por ella.
A Katie se le escapó una risita de satisfacción. —Christina, incluso el Sr. Scott está con nosotros hoy. ¿Quién te va a sacar de esta ahora?
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