De Exesposa Humilde a Magnate Brillante - Capítulo 622
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Capítulo 622:
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Desde que Bethel descubrió que Christina era en realidad Tiana, se había quedado impactada, pero también orgullosa. A sus ojos, Christina siempre había sido excepcional. Refinada. Agradecida. Ninguno de sus hijos o nietos podía compararse con ella.
—Abuela, los rumores están empeorando. Dicen que Tiana le guarda rencor a nuestra familia y ahora la empresa está en serios problemas —dijo Brendon con voz ansiosa—. Dos de nuestros socios amenazan con romper relaciones y cancelar sus contratos.
Dudó antes de añadir: —No somos sus enemigos, nunca nos hemos opuesto a ella. Solo necesitamos que hables con ella. Quizá podrías organizar una rueda de prensa en la que aparecieran las dos juntas. Apóyala un poco. Seguro que para entonces los rumores se habrán apagado y la crisis habrá…
Con una sonrisa burlona, Bethel miró a Brendon. —Dejaste a Christina sin nada, ni siquiera un lugar donde quedarse. ¿Por qué no te lo iba a reprochar? Todos la tratasteis con crueldad, sin tomarla en serio. Y ahora descubrís que la misma Tiana a la que tanto intentasteis complacer es la mujer a la que una vez rechazasteis. Cuando la verdad os golpea en la cara, ¿duele? Brendon, piensa en tus actos: te burlaste de ella y la menospreciaste. ¿Y ahora esperas que le suplique que te ayude, sin mostrar ni una pizca de remordimiento?».
La decepción se apoderó de Bethel al mirar a su familia. Incluso en esta crisis, ninguno de ellos era capaz de mostrar sinceridad. Peor aún, todos parecían creer que una sola palabra suya bastaría para convencer a Christina, como si la bondad por sí sola pudiera garantizar su apoyo. Su larga experiencia le había demostrado lo contrario. Christina nunca aceptaría unas súplicas tan vacías.
En el pasado, cada vez que la empresa necesitaba ser salvada, Bethel había dado un paso al frente. Ahora, creía que era su turno de resolver sus propios problemas. Errores como este no debían pasarse por alto. Tenían que entender lo que significaba ser responsables.
Katie se burló, tratando de ocultar sus celos. —¡Christina solo ha tenido suerte, eso es todo! Y su talento para el piano no es nada especial. Brendon no es el villano aquí. ¡Christina nunca fue lo suficientemente buena para él!
Una mirada severa de Bethel la silenció. «Si crees que Christina no era digna, mírate bien a ti misma. Ni siquiera le llegas a la suela del zapato. ¿De verdad crees que su éxito fue suerte? Convertirse en la mentora de tres pianistas de talla mundial no es cosa del azar. Uno de esos pianistas es un príncipe de Eighshire. ¿De verdad crees que la familia real concede ese tipo de confianza a cualquiera? Son todo menos ingenuos».
Los ojos de Katie se llenaron de lágrimas, dolida por las duras palabras de su abuela, que nunca le había hablado así.
Molesta por las palabras de Bethel, Joselyn intervino. —Mamá, ¿tienes que ser tan dura? ¡Katie es tu nieta! ¿Por qué defiendes a esa mujer en lugar de a tu propia familia?
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Ver cómo regañaban a su hija llenó a Trevor de vergüenza. El resentimiento que sentía hacia Bethel desde hacía mucho tiempo bullía en su interior. Su negativa a cederle las riendas de la empresa siempre le había corroído, y ahora su ira solo se intensificaba con sus reproches. Sus palabras le dolían como un insulto personal, como si lo estuviera avergonzando públicamente delante de todos.
—¡Mamá, has ido demasiado lejos! ¿Qué tipo de hechizo te ha echado esa bruja para que la defiendas así? —espetó Trevor furioso.
Una mirada de absoluto desdén cruzó el rostro de Bethel. —Si las únicas opciones son los necios y los sabios, ¿por qué debería ponerme del lado de la necedad? —Su tono era más frío que nunca. Estaba más decidida que nunca a dejar la finca de la familia Dawson y el Grupo Dawson a Christina.
Trevor apenas podía controlar su rabia. «¡Mamá!», gritó, mirándola con ojos que insinuaban violencia. «¡Si sigues favoreciendo a una forastera, no me culpes por ser irrespetuoso!».
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