De Exesposa Humilde a Magnate Brillante - Capítulo 536
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 536:
🍙🍙 🍙 🍙 🍙
Ralphy estaba nervioso mientras luchaba por encontrar las palabras adecuadas. Con cada segundo que pasaba, su ansiedad aumentaba. ¡Mierda! Una mirada a Davina le indicó que ella podría estar malinterpretando la situación. ¿Cómo iba a explicarle claramente lo que estaba pasando?
Rara vez se quedaba sin palabras, pero Ralphy se devanaba los sesos para encontrar una explicación adecuada. Temía que una mala elección de palabras pudiera agravar el malentendido de Davina.
Una sonrisa burlona se dibujó en los labios de Davina mientras comentaba: «Así que solo estabas jugando a ser el héroe, Ralphy. Nunca imaginé que te enamorarías de alguien como ella». Su intento de tomárselo a broma salió mal, y sus palabras se volvieron afiladas con…
El sarcasmo se le escapó antes de que Davina pudiera contenerse. Una vaga sensación de incomodidad se apoderó de ella, dejándola inquieta.
Ralphy levantó las manos, ansioso por aclarar las cosas. —¡Ni hablar! Ella no es mi tipo. Solo intentaba ayudar cuando las cosas se pusieron feas. —La desesperación agudizó su voz mientras lo intentaba de nuevo—. Sinceramente, Davina, las mujeres como ella no me gustan nada. Solo intervine por la urgencia de la situación.
Antes de que Davina tuviera oportunidad de responder, la chica intervino con delicadeza. —Señoras, por favor, no hablen así a estos dos caballeros. Me han ayudado por su buen corazón. Han luchado contra esos hombres tan grandes por mí. Si no fuera por mí, este caballero no habría resultado herido…
Al terminar, miró a Dylan, dejando muy clara la implicación de su última frase.
La primera impresión que le había causado la chica había sido neutra, casi comprensiva, creyendo que solo se había visto envuelta en una situación desafortunada. Pero eso cambió en el momento en que pronunció aquellas palabras dulces y manipuladoras.
La paciencia de Davina se agotó y puso los ojos en blanco. Solo hicieron falta unas pocas frases para revelar la verdad: esta chica quería drama. La mayoría de las mujeres habrían sido mucho más sinceras.
Cuando se mencionó la lesión de Dylan, Christina casi dio un paso adelante para ver cómo estaba. La preocupación la invadió, pero algo incómodo la mantuvo clavada en el sitio.
Al verla inmóvil, Dylan entró aún más en pánico. ¿Estaba enfadada con él? El consejo de Ralphy resonó en su mente: si aparecían los celos, todo lo demás encajaría. ¿Por qué parecía que la situación se estaba complicando y que Christina podría incluso empezar a sentir aversión por él?
Lo que Dylan no sabía era que Ralphy, que siempre se había jactado de ser un experto en amor, se encontraba fuera de su elemento, incluso más nervioso que Dylan. Las excusas y las explicaciones se agolpaban en su cabeza, pero ninguna le parecía lo suficientemente buena como para distanciarse de toda la situación de damisela en apuros.
Tu fuente es ɴσνє𝓁α𝓼4ƒα𝓷.ç◦𝓂 actualizado
Rompiendo el tenso silencio, la chica dirigió su atención a Dylan. «Siento mucho que hayas resultado herido por mi culpa. ¿Estás bien? Vamos al hospital a que te miren, ¿vale?».
Su voz suave temblaba mientras se acercaba a Dylan, con los ojos muy abiertos y movimientos delicados, la viva imagen de la fragilidad destinada a ganarse la simpatía de cualquiera que la mirara.
«¡Ah!», exclamó la chica fingiendo sorpresa. En el fondo, estaba emocionada, pensando que por fin había llegado el momento de caer en los brazos de Dylan. Pero, una vez más, su pequeña fantasía se hizo añicos cuando Dylan se apartó con indiferencia, sin siquiera inmutarse.
Volvió a caer de bruces al suelo, con el rostro retorcido por el dolor que le recorría el cuerpo. ¿Es que este hombre no tenía ni pizca de caballerosidad? ¿Cómo podía quedarse ahí parado viendo cómo una chica tan delicada se golpeaba así contra el suelo? Y nadie se acercó a ayudarla a levantarse, lo que solo empeoró las cosas. Cuanto más tiempo permanecía sentada en el suelo, más furiosa se ponía.
.
.
.