De Exesposa Humilde a Magnate Brillante - Capítulo 526
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 526:
🍙🍙 🍙 🍙 🍙
A Edwin se le escapó una suave risa, flexionó la muñeca y esbozó una sonrisa erudita. —Será mejor que se aparte, señor Dawson. No me gustaría que se viera envuelto en el fuego cruzado.
«Eso no va a pasar. Me gustaría ver si un parásito como tú tiene las agallas de ponerme un dedo encima», respondió Brendon, enderezando los hombros y manteniendo a Yolanda detrás de él.
Para Brendon, no se trataba solo de defender a Yolanda. Se trataba de su orgullo. Se negaba a creer que alguien como Edwin, un simple secretario del Grupo Scott, se atreviera a hacerle daño.
—¡Palmadita! —Una fuerte bofetada rompió la tensión, resonando en la habitación del hospital y dejando a Brendon paralizado por la sorpresa. Le pilló completamente desprevenido, no esperaba que Edwin le golpeara sin decir nada, sin darle tiempo a reaccionar. Edwin esbozó una sonrisa falsa—. Ups, lo siento, señor Dawson. Ha sido un accidente.
La indignación casi hizo temblar a Brendon. Sabía perfectamente que esa bofetada no había sido un accidente. Se giró rápidamente y gritó a sus guardaespaldas: «¿Qué están esperando? ¡Vengan aquí y pongan a este tipo en su sitio!».
«¡Sí!». Los guardaespaldas se abalanzaron inmediatamente sobre Edwin.
A simple vista, Edwin no parecía ser rival para ellos. Solo con su tamaño podrían haber bloqueado la puerta. Sin embargo, la habilidad de Edwin en la lucha era inigualable. Golpeaba con rapidez, moviéndose con precisión y fuerza. Los guardaespaldas, por muy fuertes que parecieran, no tenían ninguna posibilidad. En cuestión de segundos, los que antes eran amenazantes guardaespaldas yacían en el suelo, completamente derrotados. Brendon y Yolanda se quedaron boquiabiertos, mirando con incredulidad. Nunca imaginaron que un secretario delgado pudiera derrotar con tanta facilidad a tantos guardaespaldas imponentes.
El terror se reflejó en los ojos de Brendon mientras retrocedía tambaleándose. «¿Qué… qué intentas hacer?».
Edwin se acercó con calma, cerrando la distancia con unos movimientos casuales de muñeca. —Quizá quieras apartarte si no quieres recibir otra bofetada accidental.
La rabia estalló en la voz de Brendon. «¡Ni se te ocurra! Mientras yo esté aquí, nadie tocará a Yolanda».
Antes de que las palabras hubieran terminado de resonar en el aire, el puño de Edwin conectó con el ojo de Brendon, tiñéndolo de un dramático tono morado.
Capítulos actualizados en ɴσνє𝓁α𝓼4ƒαɴ.c♡𝗺 sin censura
El dolor hizo que Brendon gritara, llevándose ambas manos a la cara hinchada. «¡Ay!».
Fingiendo arrepentimiento, Edwin sonrió. «Oh, qué torpe soy. Otro accidente. A veces estas cosas pasan, ¿sabes?».
En realidad, Edwin estaba disfrutando cada segundo. Con cada golpe, imaginaba ganarse el favor de Christina, la futura señora Scott. Los recuerdos del trato que Brendon había dado a Christina pasaron por su mente, convenciéndole de que hacía tiempo que se merecía un poco de justicia.
La furia hizo temblar los dedos de Brendon mientras golpeaba a Edwin. —¡Tú! ¡Eso fue a propósito!
A Edwin se le escapó una risita mientras agarraba el brazo de Brendon. «Sr. Dawson, debe estar bromeando…».
Sin previo aviso, Edwin se giró y lanzó a Brendon por encima del hombro con un fuerte golpe.
El sonido de Brendon al caer al suelo resonó en toda la habitación, y el dolor abrumador lo dejó enrojecido y gimiendo.
La conmoción se convirtió en pánico cuando Yolanda jadeó y se llevó las manos a la boca. «¡Brendon!». Desesperada por llegar hasta él, se abalanzó hacia delante, pero la palma de Edwin le golpeó la mejilla con una bofetada que casi la derriba.
.
.
.