De Exesposa Humilde a Magnate Brillante - Capítulo 51
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 51:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
La voz de Christina rezumaba sarcasmo gélido. Solo su tono hacía hervir la sangre de todos.
Katie prácticamente vibraba de rabia. «¡Basta ya de esa actitud! Discúlpate como es debido, paga los gastos médicos y tal vez, solo tal vez, lo olvidaremos. Si no…».
Christina ladeó la cabeza, con una sonrisa fría y despreocupada. «Si no, ¿qué? ¿Llorarás más fuerte?».
Los ojos de Katie echaban chispas. «¡Te denunciaremos! Te arrestarán por agresión. Espero que disfrutes de la comida de la cárcel».
Christina abrió los ojos con fingido miedo y se llevó las manos al pecho. —Oh, no, eso no. Por favor, no llames a la policía… Quizá yo misma pueda curar a ese anciano.
Katie se burló con tono cortante. «¿Curar a Finnegan? ¿Tú? No me hagas reír, ¡ni siquiera eres médico!».
En ese momento, la voz de Yolanda se quebró, ahogada por lágrimas teatrales. —Christina, ¿cómo puedes seguir negando tus fechorías? Si estás enfadada, desquítatelo conmigo, no con mi padre. No goza de buena salud.
—¿Que no goza de buena salud? —La sonrisa de Christina era afilada como una navaja—. Perfecto. No solo puedo curarlo, sino que la semana que viene lo tendré haciendo volteretas.
—¡Christina! —La voz de Yolanda se quebró como si fuera una súplica, con los ojos brillantes por las lágrimas falsas—. ¿Cómo puedes bromear así? ¿No tienes corazón?
—¿De verdad puedes curar a Finnegan? ¿Y dejarlo como nuevo? —Katie cruzó los brazos, prácticamente salivando ante la oportunidad de tenderle la trampa.
—Por supuesto —respondió Christina con voz fría e inquebrantable, teñida de una calma exasperante que solo servía para que Katie se muere de ganas de humillarla.
—¡Bien! —Katie se inclinó hacia delante, con los ojos brillantes de expectación—. Hagámoslo interesante. Si lo consigues, te daré cinco millones. Si no, me deberás cinco millones.
Katie no podía creer lo fácil que había sido para Christina caer en su trampa. Qué idiota.
—Trato hecho —respondió Christina sin dudar, con una confianza inquebrantable.
Tu fuente es ɴσνєℓα𝓼4ƒαɴ.𝓬𝑜𝓂
Sheila, que había permanecido en silencio hasta ahora, intervino con una sonrisa que no llegaba a sus ojos. —¿Por qué no nos sumamos todas? Cada una pondremos un millón. Si fallas, nos deberás un millón a cada una.
Katie dudó, frunciendo los labios, pero con todos mirándola, no podía echarse atrás.
Finnegan permaneció completamente inmóvil, luchando por reprimir una sonrisa. Con su fingida herida grave en el suelo, ¿su familia ganaría tres millones? Era como si el cielo le hubiera concedido un premio gordo personal. No solo quería los tres millones, también planeaba sacarle hasta el último centavo a Christina por «gastos médicos». Si jugaba bien sus cartas, ella pagaría todo.
—Por favor, discúlpenme un momento. —Christina se dio la vuelta y desapareció en el pasillo.
Cuando regresó, se escucharon exclamaciones en toda la sala. Sostenía una jeringa enorme, gruesa, brillante y absurdamente grande. Parecía sacada de una clínica veterinaria para sedar leones.
—¿Qué… qué es eso? —La voz de Sheila temblaba y retrocedió instintivamente.
Yolanda parpadeó, atónita. —Christina, no vas a usar eso con mi padre, ¿verdad?
—¿Has perdido la cabeza? —ladró Katie, con los ojos desorbitados mientras daba un paso atrás.
Joselyn se quedó boquiabierta. —Tú… No vas a matarlo, ¿verdad?
—¿Matarle? —se burló Christina, con un brillo travieso en los ojos—. Por favor. Le estoy salvando la vida. —Levantó la jeringuilla como si fuera una varita mágica—. Tranquilas. Tengo mucha experiencia en este tipo de cosas.
—¿Experiencia? —repitió Yolanda con escepticismo—. ¿Desde cuándo has estudiado medicina?
—No —respondió Christina alegremente—. Pero soy veterinaria, así que es casi lo mismo. Además, no seas dramática. Un cuerpo es un cuerpo. Una inyección de esto y estará haciendo saltos antes de la hora de comer.
.
.
.