De Exesposa Humilde a Magnate Brillante - Capítulo 507
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 507:
🍙🍙 🍙 🍙 🍙
—¿Cómo no está mal? Has irrumpido aquí y has intentado dar una patada a Christina. —preguntó Bethel, con la mirada fija en Katie y una clara y evidente decepción. Si la familia Dawson tuviera un solo descendiente realmente capaz, ella no se vería obligada a lidiar con este drama interminable a su avanzada edad.
«¡Se lo merecía! ¡Me tendió una trampa!», replicó Katie con voz amarga.
—¡Eso es totalmente imposible! Christina siempre ha sido una joven sensata y bien educada. Ella nunca haría algo así —declaró Bethel, con una confianza inquebrantable y absoluta en Christina.
Christina le dedicó a Katie una pequeña sonrisa significativa. —Señorita Dawson, necesita pruebas reales que respalden esas afirmaciones. ¿Tiene alguna prueba sólida de que yo saboteé su discurso?
Katie frunció los labios en una sonrisa confiada, casi triunfante. —¡Por supuesto que sí! El ordenador que utilizaste para publicar ese vídeo tiene que estar en esta habitación. Y déjame decirte que, cuando lo encuentre, ¡te vas a meter en un buen lío!
—¡No puedes registrar esta habitación! —Christina dio un paso adelante, bloqueando deliberadamente el paso a Katie.
Katie esbozó una sonrisa maliciosa. —¿Qué, tienes miedo de que encuentre tu portátil y las malditas pruebas que has tramado contra mí?
Christina permaneció perfectamente tranquila, con una máscara de frialdad en el rostro. —En absoluto. Dime, si no encuentras nada que respalde tus afirmaciones, ¿qué vas a hacer?
—Me daré diez bofetadas —declaró Katie con frialdad, clavando sus ojos en los de Christina con una mirada intensa—. Pero si lo encuentro, tendrás que darte tú diez bofetadas y hacer todo lo que te diga.
«Trato hecho», dijo Christina, con un simple gesto de su mano abierta invitando a Katie a continuar. «Adelante».
Katie soltó un bufido desdeñoso y de inmediato comenzó a registrar la habitación del hospital como un torbellino. Revolvió todos los cajones, todos los armarios, incluso el baño, pero no encontró nada. No había ningún ordenador portátil. Ni siquiera el más mínimo rastro.
Katie se quedó completamente desconcertada. ¿Cómo no podía estar allí?
—Te dije que no había sido yo, ¿no? —dijo Christina, con una sonrisa triunfante en los labios—. Ahora es el momento de cumplir tu parte del trato.
𝑈𝑙𝑡𝑖𝑚𝑜𝑠 𝑐𝑎𝑝𝑖𝑡𝑢𝑙𝑜𝑠 𝑒𝑛 ɴσνєℓaѕ4ғαɴ.𝒸𝑜𝓂
Katie se sonrojó de rabia y le gritó a Christina: «¡Debes haber escondido el maldito portátil en algún sitio!».
—Acabas de registrar cada centímetro de esta habitación —replicó Christina, con voz cargada de sarcasmo—. ¿Dónde podría haberlo escondido?
«¡No lo sé! ¡Pero lo has hecho!», espetó Katie, con la voz tensa por la frustración, antes de darse media vuelta bruscamente y salir corriendo.
«Espera», la detuvo Christina con voz aguda y autoritaria. «No te habrás pegado todavía, ¿verdad?».
—¡Tú has escondido el portátil! ¿Por qué debería pegarme yo? —espetó Katie, con el rostro desfigurado por una expresión tormentosa y desafiante—. ¡Quítate de en medio! —Miró a Christina con los ojos encendidos por un rencor puro y venenoso.
—Un trato es un trato. Si vas a echarte atrás ahora, no me culpes por ponerme un poco dura —dijo Christina, entrecerrando los ojos hasta convertirlos en dos rendijas peligrosas y afiladas.
Katie se burló, y un sonido despectivo escapó de sus labios. «Oh, por favor. Veamos qué tienes, ¿eh?».
.
.
.