De Exesposa Humilde a Magnate Brillante - Capítulo 454
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Capítulo 454:
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El desdén se reflejaba en su voz, dejando claro que las palabras de Lorraine habían sido ignoradas por completo. Eso solo sirvió para avivar su ira. «¿A quién llamas idiota?», replicó, con la mirada fija en la pantalla gigante. «Si tienes las agallas para secuestrar esto…».
«¡Entonces sal de ahí! Ven aquí, ahora mismo. ¡A ver qué tipo de trato buscas realmente!».
Lorraine ardía de indignación, desafiando a la figura en la sombra a dar un paso adelante. Si pudiera descubrir quién estaba detrás de todo esto, capturarlo y salvar el día, Kurt y Robin sin duda la verían con otros ojos.
La paciencia de Kurt comenzó a agotarse, y su ceño se frunció aún más mientras se volvía hacia Lorraine con una irritación apenas disimulada.
«Discutir conmigo solo demuestra que tengo razón», se burló la voz sintética, con cada palabra impregnada de más sarcasmo que antes.
Antes de que Lorraine pudiera responder, Kurt intervino y la interrumpió. «Ya basta. Los asuntos que conciernen a la familia Miller son asunto nuestro», dijo con voz fría y tajante. «No necesitamos que personas ajenas se entrometan en nuestros asuntos».
A decir verdad, Kurt no tenía intención de humillar a Lorraine en público, pero sus constantes interrupciones no le dejaron otra opción. Llevaba tiempo conteniendo su irritación por los comentarios sarcásticos de Lorraine sobre el regalo de Christina.
Al instante, los ojos de Lorraine se llenaron de lágrimas y su voz tembló de dolor. «Kurt, solo intentaba ayudar a la familia Miller, yo…».
Kurt la interrumpió bruscamente. «Si lo dices en serio, ¡entonces te pido que te calles!». Sus palabras fueron acompañadas de una mirada significativa en dirección a Celine.
Entendiendo su señal silenciosa, Celine se movió rápidamente y alejó a Lorraine de la multitud. En voz baja, le habló con suave preocupación. «Lorraine, este no es el lugar para palabras o acciones impulsivas. A veces, cuanto más intentas arreglar las cosas, más se complican».
Celine suspiró para sus adentros. No podía evitar pensar en lo mucho más fácil que serían las cosas si Lorraine tuviera aunque fuera una pizca de la aguda mente de Christina.
Desesperada por defenderse, Lorraine soltó las palabras con voz temblorosa y débil. «Por favor, créeme, Celine, mis intenciones eran buenas. Solo pienso en el bien de los Miller. ¿Quién sabe qué trucos está tramando esa persona detrás de la pantalla?».
Su disculpa sonó entrecortada, con los ojos suplicando comprensión. «Siento haber montado un escándalo. Solo actué por pura preocupación».
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—No te preocupes, no estamos enfadados contigo —dijo Celine con suavidad, en un tono tranquilo y sereno—. Es solo que, en situaciones como esta, es mejor dejar que los mayores tomen la iniciativa. Nosotros, la generación más joven, debemos observar y aprender.
«Está bien», respondió Lorraine en voz baja, aunque no lo decía de corazón. Como Celine era miembro de la familia Miller, pensaba obstinadamente que Celine favorecería naturalmente a la familia Miller y que sus comentarios eran solo una indirecta encubierta a su falta de decoro.
Los agudos ojos de Kurt se apartaron de Lorraine y se posaron en la gran pantalla. —¿Qué tipo de trato propones? —preguntó con frialdad, con voz tranquila a pesar de la tensión que se respiraba en la sala.
La voz mecánica resonó una vez más, clara y fría. «Soy King, el legendario sanador que todos conocéis. Intercambiad cualquier cosa de vuestra familia por la oportunidad de recibir mi tratamiento».
Los gritos ahogados llenaron la sala como una ráfaga de viento. ¿Habían oído bien? King, el misterioso sanador cuyo nombre era más un rumor que una realidad, se estaba dirigiendo a la familia Miller de esta manera, ofreciéndoles la rara oportunidad de curarse a cambio de algo personal.
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