De Exesposa Humilde a Magnate Brillante - Capítulo 304
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Capítulo 304:
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Pamela arqueó una ceja. —¿Joven? ¿No es adulta?
Llamar «joven» a una mujer adulta para excusar su comportamiento le parecía casi ridículo. Su familia podría consentirla para siempre, pero los extraños no iban a pasar por alto semejante falta de respeto. Esa protección tan evidente solo le acarrearía serios problemas en el futuro.
Brendon respiró hondo y luego inclinó la cabeza respetuosamente. —Mi hermana cometió un error, le pido que la perdone. —Tiró de la mano de Katie, instándola a que lo siguiera.
El orgullo de Katie se encendió, pero la imagen de Yolanda, frágil y enferma, se impuso a su terquedad. Con la mandíbula apretada y la mirada baja, finalmente habló. —Sra. Welch, me equivoqué. Le pido disculpas.
Pamela ya había emitido su veredicto. Ni el temperamento de Katie ni la débil defensa de Brendon le habían impresionado en absoluto.
—Ahora que se han disculpado —respondió con frialdad—, pueden marcharse si no tienen nada más que decir.
—Sra. Welch, aunque no pueda darme la información de contacto de King, ¿podría al menos indicarme dónde puedo encontrarlo?
Necesito encontrar a King. Mi prometida está en estado crítico. Por favor, ¿tiene alguna idea de dónde podría estar King?».
La voz de Brendon era firme, pero la desesperación en sus ojos era evidente. No se echó atrás, no estaba dispuesto a marcharse sin al menos una pista.
«Incluso la más mínima pista significaría más para mí de lo que pueda imaginar. Se lo agradecería mucho».
Pamela frunció el ceño. Negó lentamente con la cabeza y apretó los labios. —No tengo su número. No sé dónde vive —dijo con tono seco—. Por favor, no me lo ponga difícil. Lo único que puedo decirle es que King parece un hombre joven, o al menos eso parece. Siempre lleva una máscara. Nadie ha visto nunca su rostro real.
No estaba segura del sexo de King, no había ningún indicio que lo delatara.
Brendon se inclinó ligeramente hacia delante y preguntó con voz cada vez más insistente: «¿Sigue King en el hospital?».
«Acaba de marcharse», dijo Pamela, soltando una mentira para despachar a Brendon y Katie. «Pero si se dan prisa, quizá aún puedan alcanzarlo».
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La verdad era que Calvin se había marchado hacía rato y King ya se había escabullido. Las posibilidades de que Brendon y Katie encontraran a King ahora eran prácticamente nulas.
—¡Gracias, señora Welch! —dijo Brendon rápidamente, casi sin poder articular palabra mientras se daba media vuelta y se dirigía hacia la puerta—. Volveré más tarde para darle las gracias como es debido.
Katie soltó una risita burlona y salió tras él sin decir nada.
Pamela observó la espalda de Katie mientras se alejaba, con los ojos fríos. La actitud prepotente de Katie era un desastre anunciado. Estaba segura de que algún día acabaría pagando las consecuencias de sus actos.
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