De Exesposa Humilde a Magnate Brillante - Capítulo 288
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 288:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
El horror se retorció aún más en sus entrañas. ¿Quién podría haber planeado algo así? ¿Quién tenía la paciencia de esperar décadas solo para tender la trampa?
La voz de Christina interrumpió sus pensamientos. —La misteriosa desaparición de la señorita Hubbard en aquel entonces… Y su reciente «regreso» a la familia Hubbard… Todo era parte del plan. Ahora lo ves, ¿verdad?
Elliott asintió lentamente con aire sombrío. —Sí. Después de todo lo que me has contado, lo he atado todo. Nunca imaginé que alguien esperaría tanto tiempo para tender esta trampa ineludible».
Ni siquiera podía imaginar qué habría pasado si no hubiera conocido a Christina, o si no la hubiera invitado a la fiesta de hoy. ¿Qué destino habría esperado a la familia Hubbard? Quizás algún día, su trágica muerte habría acabado en los titulares.
Su mente pintó el titular de la pesadilla: «La heredera Hubbard enloquece y asesina a sangre fría a toda su familia, no hay supervivientes». Ese habría sido su legado. El orgulloso apellido Hubbard habría sido borrado para siempre de Dorfield, y solo se habría recordado en rumores susurrados y documentales sobre crímenes. Nadie habría sabido nunca la verdad. Christina rompió el silencio. —La pareja que crió a la señorita Hubbard… Están muertos, ¿verdad?
Elliott apretó la mandíbula. —Sí. Se ahogaron. El informe decía que uno se resbaló, el otro intentó ayudarlo y ambos murieron. Poco después, «milagrosamente» volvimos a encontrar a mi hermana. —Soltó una risa amarga—. Esa pareja era horrible y trataba a mi hermana como basura. Pensamos que su muerte era solo el karma cobrándoles sus pecados. —Su rostro se ensombreció—. ¿Pero ahora? Ahora estoy seguro de que fueron asesinados. Todo fue un montaje para que mi hermana fuera «descubierta» por nosotros. De esa forma, cuando el veneno la volviera loca, estaría allí para matarnos a todos».
El tono de Christina se volvió grave. «Tienes que estar alerta. Están en las sombras. Y tú… tú estás a la luz».
Elliott exhaló bruscamente. «A partir de ahora, supervisaré personalmente todo lo que coma y beba mi hermana».
Christina negó con la cabeza. «Eso no resolverá el problema. En un principio, pensaba contarte lo del envenenamiento en secreto, pero después de la emergencia de hoy, al tener que drenar la sangre envenenada de la señorita Hubbard, quienquiera que esté detrás de esto sabe sin duda que vamos tras él».
—Si te encargas personalmente de las comidas de la señorita Hubbard, quienquiera que esté detrás de esto se dará cuenta de que sospechas que hay un topo en la familia Hubbard —advirtió Christina, dejando que sus palabras resonaran por un momento—. Eso los asustará. Empezarán a cubrir sus huellas y perderemos nuestra única pista. Como todavía estamos a oscuras, no nos precipitemos. Actúa como si todo fuera perfectamente normal.
Capítulos actualizados en ɴσνєʟα𝓼4ƒ𝒶𝓷.c🍩𝗺 sin censura
Elliott apretó la mandíbula y frunció el ceño, preocupado. —Pero ¿qué pasará con mi hermana?
—Confía en mí —le interrumpió Christina con voz suave, firme y segura—. Puede que tenga una forma de manejar esto, pero tienes que dejarme llevar la iniciativa.
Elliott no dudó en insistir. —¿Cuál es tu plan?
Christina comenzó a hablar, pero su teléfono vibró de repente, interrumpiéndola a mitad de la frase.
Elliott asintió con la cabeza y hizo un gesto con la mano. —Contesta. Seguiremos después.
—De acuerdo —respondió ella, mirando el identificador de llamadas. Al ver el nombre de Chloe parpadear en la pantalla, pulsó el botón de responder sin demora.
La voz aterrada de Chloe estalló a través del altavoz, cruda y urgente. «¡Christina! ¡Ha pasado algo horrible! Mi hermano…».
Un escalofrío recorrió el pecho de Christina, y un nudo helado de pánico se apretó en su estómago. «¿Qué está pasando?», preguntó con tono agudo y alarmado, frunciendo aún más el ceño.
.
.
.