De Exesposa Humilde a Magnate Brillante - Capítulo 231
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 231:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
La risa se escapó de los labios de Christina, con la mirada brillante por la diversión desenfrenada, y cada palabra avivaba aún más las llamas.
«¡Tú!». Joselyn, incapaz de aguantar más, arremetió contra ella, lanzando la mano hacia la cara de Christina.
Pero Christina se movió con rapidez, interceptando la muñeca de Joselyn y agarrándola con una fuerza que parecía no tener.
Joselyn jadeó, con el rostro retorcido por el dolor mientras luchaba en vano. «¡Suéltame! ¡Me estás haciendo daño en la mano!».
Sus gritos llamaron la atención de Katie, que acudió apresuradamente para intervenir. «¡Mamá!», gritó, tratando de interponerse.
Katie corrió a liberar a su madre, pero Christina también la agarró de la muñeca, inmovilizando a ambas mujeres con un agarre implacable. Su piel se enrojeció bajo la fuerza, y sus forcejeos solo alimentaron la determinación de Christina.
—¡Suéltanos, bruja! ¡Nos haces daño, suéltanos! —chilló Katie, cada vez más presa del pánico mientras se retorcía en el férreo abrazo de Christina.
Justo cuando Brendon se adelantó, dispuesto a intervenir, una sonrisa astuta se dibujó en los labios de Christina. Sin previo aviso, soltó sus muñecas. Desequilibradas, Joselyn y Katie se tambalearon hacia atrás, chocando contra Finnegan y Sheila, que cayeron contra el coche como si fueran cojines blandos.
—¡Uf! —jadeaban Sheila y Finnegan, con el rostro desencajado por el golpe que les había dejado sin aliento.
Las dos familias cayeron en un montón caótico, provocando risas ahogadas y sonrisas reprimidas entre los espectadores. Los ojos de Brendon recorrieron la multitud, y el brillo de sus expresiones divertidas lo atravesó como ácido hirviendo. Un rubor ardiente de humillación se extendió por su rostro. No eran más que el hazmerreír de la noche.
—¡Christina Jones! —siseó entre dientes, con la voz cargada de frustración e incredulidad—. ¿Siempre tienes que causar problemas, incluso en un entorno tan refinado?
Fingiendo inocencia, Christina le devolvió la mirada con los ojos muy abiertos. —Tú te has acercado primero. ¿Qué se supone que tenía que hacer? ¿Quedarme ahí parada y aguantarme?
Brendon estaba a punto de perder los nervios. Luchando por mantener la calma, espetó: «Sal del coche, ahora mismo».
Últιмσѕ capítulos en ɴσνє𝓁α𝓈4ƒαɴ.𝒸ο𝓂
Christina se quedó inmóvil, sin moverse ni un centímetro. «¿Esperas que salga del coche porque tú lo dices? ¿Quién te crees que eres?».
El tono de Brendon se volvió resuelto e implacable. «Si sales ahora y te disculpas en público, quizá considere dejar pasar esto».
Los ojos de Christina se agudizaron con una determinación férrea. —Pero no tengo intención de dejarlo pasar. Escucha con atención: solo eres mi exmarido, así que corrige tus ideas erróneas. No tienes autoridad sobre mí, ni tienes derecho a dictar mis acciones.
La voz de Brendon tenía el peso de una exigencia inflexible. —Christina, esta es tu última advertencia. Sal y discúlpate inmediatamente.
La sonrisa burlona de Katie se hizo más profunda mientras se sumaba a la conversación. «¡Y ya que estás, date un par de bofetadas!».
«¡Exacto! ¡Debería abofetearse!», se unieron Finnegan y Sheila, con voces cargadas de burla.
Brendon apretó los dientes, luchando por contener la tormenta de ira que se levantaba en su interior. «Sal del coche. Ahora. No voy a repetirlo.«Entonces llegó la respuesta tajante e inquebrantable de Christina. «Ni hablar».
.
.
.