De Exesposa Humilde a Magnate Brillante - Capítulo 229
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 229:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Durante un momento, Christina se convirtió en el centro de atención, un imán para las burlas. Todos los ojos se posaron en ella, llenos de burla silenciosa, y cada sonrisa torcida rezumaba un desprecio más afilado que cualquier palabra.
Christina acababa de bajar la ventanilla del coche cuando una voz familiar llegó hasta ella. —Christina, ¿qué haces aquí? —preguntó Brendon con tono severo, frunciendo el ceño.
Christina giró la cabeza lentamente, con una mirada divertida. —¿Por qué? ¿Este lugar está reservado solo para ti? —respondió con una leve sonrisa.
Brendon miró a su alrededor con nerviosismo, claramente incómodo por la creciente atención. Se inclinó hacia ella, con voz baja pero tensa. —No deberías estar aquí. Vete antes de que empeoren las cosas.
Christina apoyó un codo en la ventanilla, relajada. —Si tú puedes estar aquí, no veo por qué yo no.
Katie se burló desde junto a él. —Nosotros tenemos invitaciones de verdad. ¿Y tú qué tienes? ¿Un plan para ligar con los guardias? —Su voz estaba cargada de sarcasmo.
Christina se encogió de hombros con indiferencia. —Cómo entro no es asunto tuyo. Ocúpate de tus cosas, quizá vivas más tiempo.
Katie entrecerró los ojos, ofendida por la insinuación. —¿Qué quieres decir con eso? ¿Me estás maldiciendo?
—¿Maldiciéndote? —respondió Christina con una risa suave y desdeñosa, mirando a Katie por el rabillo del ojo. «No tengo tanto tiempo libre».
La expresión de Brendon se ensombreció cuando más gente empezó a darse cuenta del intercambio. Dio un paso adelante, rebosante de frustración. «¿Siempre tienes que crear drama? Si quieres hacer el ridículo, adelante, ¡pero no arrastres el nombre de los Dawson contigo!». Señaló su coche con una mirada de disgusto. «¡Mira el cacharro en el que has venido! Esta es la gala de la familia Hubbard, esta noche van a presentar a su hija perdida hace mucho tiempo. Llegar así es prácticamente un insulto».
La risa de Christina era fría, casi gélida. «Si estoy haciendo el ridículo, es culpa mía. Pero es tu elección quedarte aquí y convertirlo en tu problema. Cuando la gente empiece a susurrar, no me culpes a mí».
Echó un vistazo a su vehículo y su voz se volvió juguetona. —Y para que conste, mi coche es nuevo. El tuyo puede que cueste más, pero al fin y al cabo, los dos tienen cuatro ruedas. Así que dime, ¿cómo es exactamente el mío un insulto para la familia Hubbard?
Tu fuente es ɴσνє𝓁α𝓼4ƒαɴ.c♡𝗺 para más emoción
Katie, por su parte, no pudo contenerse. —Porque nuestro coche tiene clase, a diferencia del tuyo. Y no se trata solo del coche. Todo en ti grita «barato».
—Nuestras vidas importan más que la tuya. ¡Sinceramente, tu vida ni siquiera vale unos cuantos dólares sucios!
La sonrisa de Christina se hizo más profunda, lenta y deliberada. —¿Así que estás diciendo que vuestras vidas valen un montón de dinero sucio? Qué alivio. Supongo que vosotros ganáis, en lo que se refiere a la suciedad, me ganáis por goleada».
«¡Tú!», la voz de Katie temblaba de indignación ante las burlonas palabras de Christina. «¡No es eso lo que quería decir!».
Christina ladeó la cabeza, con una chispa de picardía en la mirada. «Entonces, ilumíname, Katie. ¿Estás diciendo que vuestras vidas valen menos que la mía?».
Katie apretó los puños a los lados, con la furia grabada en cada rasgo de su rostro. —¡Tú eres la que no vale nada aquí!
Christina suspiró exageradamente y centró su atención en sus uñas recién arregladas. Los diamantes brillaban en sus dedos, reflejando la luz del sol en un destello de brillo. —Qué pena —murmuró, con un tono cargado de fingido pesar.
.
.
.